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sábado, febrero 12, 2005

Forever Young 

Descubriendo el país de Nunca Jamás (Finding Neverland, EEUU, 2004). Dirigida por Marc Foster. Con Johnny Depp, Kate Winslet, Julie Christie, Radha Mitchell, Dustin Hoffman, Freddie Highmore y otros.
ESTRENO
Puntaje: 7

Que a nadie lo asuste que Finding Neverland tenga siete nominaciones para el Oscar. Pese al escaso prestigio del que goza este reconocimiento entre los amantes del cine (tan deslucido como el Nobel en el ámbito de la literatura, o el Grammy en el de la música), la película de Marc Foster escapa a los convencionalismos de las biografías filmadas con los que solemos ser penalizados. En este caso se trata de una semblanza del proceso creativo que llevó a James Matthew Barrie (Johnny Depp) a escribir su obra de teatro más famosa, Peter Pan (una fama tan grande que dejó al autor casi en la sombra del anonimato). El decurso de la película es harto sencillo de referir: Barrie, en busca de un nuevo tema, encuentra a una viuda con cuatro hijos que le deparan inspiración para escribir Peter Pan. El dramaturgo pronto abandona casa y esposa para dedicarse por entero a ayudar a la agobiada "musa" (Kate Winslet), como la llama amargamente Marie Barrie, y especialmente para relacionarse con los chicos. Aquí habrá alguno que ya prediga un romance entre Winslet y Depp, algún otro adivinará a Marie como un ogro, y a Sylvia Llewelyn Davis como encantadora y bella. El guión con tino elude estos obligados formalismos, y así, la mujer de Barrie es hermosa sin rival, y sólo puede intuir a su marido a través de su obra, muy a su pesar. Entre Sylvia y Barrie nunca se sugiere ningún tipo de atracción; la relación entre Depp y los chicos es mucho más realista que la que hubiera caracterizado un Robin Williams o un Steve Martin. El film abunda en detalles circunstanciales que enriquecen la narración. Así, una campanita colgada de un barrilete prefigura a Tinker Bell. Barrie advierte que uno de los niños quiere crecer rápidamente, creyendo que los adultos sufrían menos. Inversamente, Peter Pan es "the boy who would not grow up". Barrie y su esposa se van a dormir en habitaciones separadas: la puerta de Barrie deja entrever un mundo de fantasía. Y la de su esposa, uno prosaico. El mejor amigo del escritor le advierte que la gente habla con malicia sobre perversiones en su relación con los chicos: en los créditos nos enteramos de que el mejor amigo es nada menos que Arthur Conan Doyle. La fotografía pinta con trazos deliberadamente gruesos la frontera entre fantasía y realidad, mientras el guión va suavemente llevando objetos de la vida a la ficción, y devolviendo el material transformado de vuelta a la vida. El film es sólido casi todo el tiempo, y brillante en algunos momentos. Las actuaciones son excelentes: desde el perfecto acento escocés de Johnny Depp hasta el horriblemente adulto Freddie Highmore. Pese a determinadas licencias tomadas para acentuar el desarrollo de la trama (Sylvia no era viuda en la vida real, por ejemplo), la emoción llega natural y sin patetismos. No es poco en estos tiempos que corren.
Leandro Fanzone.

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