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jueves, enero 27, 2005

Más barato por docena 

La nueva gran estafa (Ocean's Twelve, Estados Unidos, 2004). Dirigida por Steven Soderbergh. Con George Clooney, Brad Pitt, Matt Damon, Catherine Zeta-Jones, Julia Roberts, Don Cheadle, Andy García, Elliott Gould, Bernie Mac, Carl Reiner, Albert Finney, Scott Caan, Vincent Cassel, Robbie Coltrane, Jared Harris, Jeroen Krabbé y Bruce Willis.
ESTRENO
Puntaje: 4.

Tipo raro este Soderbergh. En su irregularísima filmografía alterna películas realmente excelentes (El rey de la colina, Un romance peligroso), películas simpáticas e inofensivas (Kafka, La gran estafa -remake de la ratpackera 11 a la medianoche- y en menor medida su remake de Solaris, odiada por demasiada gente y que considero, a pesar de su horrendo final, bastante superior al sobrevaloradísimo film de Tarkovski) y bodrios irredimibles (Vengar la sangre, Traffic y Erin Brockovich). También hizo (y fue el puntapié inicial tanto de su propia carrera como de todo el cine indie americano) Sexo, mentiras y video, un film no exento de virtudes pero que envejeció muchísimo en sus 16 años de existencia. Y además produjo un puñado de grandes películas como The Daytrippers, Lejos del paraiso, Confesiones de una mente peligrosa y Pleasentville, asi que es un extraño caso de una persona que puede ser ser muy peligrosa para el cine pero que a la vez es responable de alguna u otra manera de varias cosas por las cuales hay que agradecerle.
La nueva gran estafa entraría en el grupo de las simpáticas e inofensivas, aunque nunca llega a ser buena. Es que simplemente no pasa nada, es una de las secuelas más al pedo que se hayan visto en mucho tiempo. Si La gran estafa era una fiesta de amigos a la que estábamos todos invitados, esta es una fiesta de amigos a la que apenas estamos participados. Ellos la pasan bomba mientras nosotros nos quedamos completamente afuera. Simplemente porque la historia no apasaiona ni un poquito, porque el (buen) humor está completamente ausente, porque llega un punto en que se hace la canchera y pone al personaje de Julia Roberts haciendo de Julia Roberts la actriz. Tampoco llega a ser muy mala. Salvo por ese momento y por Vincent Cassel la película no llega a irritar lo suficiente. Es más, hasta tiene momentos en los que amaga ser de lo peor, como cuando vemos un balletcito insufrible cerca del final, prefigurado en una secuencia de montaje más bien grasa, pero todo eso termina siendo un gran chiste. Y hay que admitir que la película se ve bien. Por una vez, la "estética cool" es un elemento que favorece a la película en lugar de perjudicarla, la hace bastante más llevadera. Pero igualmente nunca llega a hacernos pensar que estamos frente a una secuela necesaria. Una lástima, porque la primera parte era divertidísima.
Juan Pablo Martínez

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