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sábado, enero 10, 2004

Influencia 

The Wildhearts: The Wildhearts Must Be Destroyed. Producido por Russ "Risky Russ" Russell.
Ficha técnica.
DISCOS
Puntaje: 10

Este álbum marca el retorno luego de cinco años de ausencia de aquel maravilloso menjunje heavy-punk-pop-arena rock-rock n’roll-rock liderado por el trastornado Ginger, y que en este país se conoce más bien poco. Es más, yo los conocí de pura casualidad cuando en 1996 fui al Wembley Arena a ver a AC/DC y ellos eran los teloneros.
The Wildhearts es principalmente una banda de influencias. Estos chicos escucharon mucho a grupos como Kiss, Metallica, Kinks, Cheap Trick, Van Halen, Beatles, Sex Pistols, The Clash y Stiff Little Fingers, por nombrar sólo unos pocos. La novedad es cómo utilizan todas aquellas influencias –a veces dentro de la misma canción- para lograr algo totalmente novedoso. Sus discos son avalanchas de éxitos instantáneos que en la supeficie parecen inaccesiblemente ruidosos –esto está llevado al extremo en Endless, Nameless, su disco anterior, un experimento diseñado especialmente para sonar "como si uno estuviera bajo efectos del éxtasis" (Ginger dixit)- pero que terminan revelando su corazoncito pop con sus estribillos pegadizos y armonías vocales sacadas de la British Invasion.
Este nuevo disco no es la excepción. El primer track, Nexus Icon, chorrea wildheartismo por todos lados. Es un punk furioso y veloz que recuerda a Stiff Little Fingers, una inyección de adrenalina que nos prepara para lo que será el resto del álbum. Esto es, lo más cercano a una versión en disco de Speed de Jan De Bont.
... Destroyed sigue con Only Love, un tema cuya introducción nos hace pensar en Kiss, pero que al instante se convierte en la versión distorsionada de alguna canción de la época pre-psicodélica de The Hollies. Someone That Won’t Let Me Go es wildheartiana en el sentido más poppero de la palabra, con "la-la-la-la-las" en el estribilloy todo, mientras que Vanilla Radio es puro arena rock, que remite tanto a Cheap Trick como a Kinks circa Misfits. One Love, One Life, One Girl podría tranquilamente haber formado parte de Play Deep, aquel gran disco de The Outfield, y Get Your Groove On ES The Exploited, pero también es una especie de remake de Caffeine Bomb, tema que aparece en el excelente Earth Vs. The Wildhearts. Y desde So Into You hasta el potente cierre con Top Of The World, el disco suena todo el tiempo a 1976, y es aquí donde tenemos a los dos mejores temas de ...Destroyed, los irresistibles, contagiosos y kisserísimos It’s All Up To Me y Out From The Inside.
La única crítica que puede hacérsele a simple vista a The Wildhearts Must Be Destroyed es su duración, de escasos 32 minutos. Pero, al igual que el Green Album de Weezer, este es un disco cortísimo que deja de serlo por ser un llamado al repeat infinito. Aunque remite tanto a épocas pasadas que dan ganas de escucharlo en vinilo.
Juan P. Martínez.

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