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miércoles, enero 07, 2004

Placeres escondidos 

Volvió la polémica. Esta es una respuerta a los planteos que propuso Guido
acá.

Más allá de la chicana al aire de "defender la última producción adolescente" (no sé quién anduvo defendiendo a algún director de 15 años que estrenó y yo no me enteré), coincido con Guido en ampliar un poco el panorama. Pero si bien comparto un poco la reticencia a los puntajes, por otro lado creo que los balances son esenciales. Precisamente nos permiten ver tendencias, climas, lógicas distributivas y, sí, reflexionar sobre el cine que nos llega, y sobretodo cuál es el cine que nos llega y por qué.
Ahora, lo que no entiendo es el fin del texto de Guido. Que el cine reflexione sobre sus propias formas, posibilidades y maneras de desarrollar elementos esenciales a sí como la imagen o el tiempo es obviamente (muy obviamente) algo saludable (aunque la palabra no me guste mucho). Hacer un recorrido histórico de ejemplos, es también práctico a nivel informativo. Pero Guido propone una dicotomía bastante gruesa para después proponer que se siga en un camino que de hecho se sigue. ¿Qué sentido tiene sugerir la entrada en terrenos vírgenes después de afirmar la existencia de varias colonizaciones, como Resnais, Fellini, Ruiz, y hasta Linklater? (incluso más recientemente se puede agregar Eloge de l´amour de Godard, alguien que hizo tanto lo que defiende Guido que ya se volvió algo redundante).
Al mismo tiempo, detrás de esa florida escritura hace lo imposible por esconderse una proposición clara y distinta: ese "replantearse la enorme posibilidad que acompaña a la forma no lineal de narrar" es una frase cuya amplitud de significado es tan enorme que termina por no decir nada. ¿Qué está pidiendo, o proponiendo? ¿Qué se valore más un tipo de narrativa por sobre otra? Suena a declaración papal, del tipo "los hombres deberían dejar de lado sus diferencias", y que realmente no tienen ningún tipo de utilidad salvo para el que las escribe (y el que gusta de verse a sí mismo escribiendo).
Digamos, entonces, que sólo es una simple reflexión acerca del cine. Perfecto. Pero una reflexión lleva al menos una afirmación, y los "tal vez", los "quizás", los "¿por qué no?", y otras tantas fórmulas precisamente la esquivan, convirtiendo reflexión en sofismo y retórica inútil.
Toda la "reflexión" segaliana supone algo muy simple: hay un cine magnánimo, un cine de múltiples capas simultáneas y subjetivas. Ahora bien, ¿por qué es este cine (que Guido no tipifica, salvo por lo de las capas, supongamos entonces que se trata de Fellini, Resnais, etc.) un cine magnánimo? Y, sobretodo, ¿qué es "un cine magnánimo", más allá de una frase adjetivada de forma magnánima sin ningún sentido visible (excepto por aquel deleite de la propia letra del que hablé antes)?
Dije que en la "reflexión" de Guido no había una afirmación, que todo tipo de posición se escudaba tras el condicional y la pregunta retórica. Pero no. La única oportunidad en que Guido se decide a decir algo es cuando determina que "Es momento oportuno de replantearse la enorme posibilidad que acompaña a la manera no lineal de narrar"
Mi calendario no dice nada al respecto, quizás el de Guido tenga alguna información que nos explique por qué ahora (¿cuando?) es el momento para recordar (en definitiva, eso es todo lo que está haciendo Guido) ejemplos de una supuesta forma no lineal narrativa, una categoría tan amplia en la que conviven Linklater y Resnais, que suena y luce muy bien como título en negrita, pero nada más.
Agustín Mango.

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