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viernes, enero 30, 2004

Samurai Tom 

El último samurai (The Last Samurai, Estados Unidos/Japón/Nueva Zelanda, 2003). Dirigida por Edward Zwick. Con Tom Cruise, Ken Watanabe y William Atherton.
Ficha técnica.
ESTRENO
Puntaje: 7

Todas las veces que había visto los trailers de El último samurai tuve la sensación de que la película sería una experiencia insoportable. Los adelantos me daban la impresión de que se trataba de un ladrillo solemne, lleno de lugares comunes y cuyo principal propósito era satisfacer el ego de Tom Cruise. Cargado de estos prejuicios entré a verla para comprobar si estaba en lo cierto o si, como me pasó en varias ocasiones, había fallado en mis predicciones. Así me fue:
1) En cuanto al tema de la solemnidad, fallé por bastante. La película está narrada de forma clásica y su larga duración (dos horas y media) no se siente en ningún momento. Es un acierto del director no haber caído en la pesadez que podía haber dado el tema americano-descubre-nueva-cultura. El tema se trata de manera superficial, es verdad, pero sirve de contexto, de excusa argumental y de apoyo de los personajes para una película que es, principalmente, un efectivo entretenimiento con muy buenas y emocionantes secuencias de acción.
2) Lugares comunes hay, y constituyen lo más flojo del film. La historia de amor interracial es un cliché muy tentador, y al parecer, inevitable; esto es un problema, ya que esa historia nunca adquiere un relieve interesante y sólo acrecienta el deseo de ver más batallas. Tal vez el problema sea que el personaje femenino no tiene el peso necesario. Otro lugar
común molesto es el uso de la música (a cargo de Hans "Gladiador" Zimmer), que siempre está subrayando lo que pasa.
3) Acá acerté otra vez, pero parcialmente, porque si bien es verdad que la película sirve para que Tom se regocije en su ego, esto no es algo malo. Tom consiguió, a partir de Misión: Imposible, una presencia cinematográfica muy fuerte y clásica, y verlo actuar es una experiencia bienvenida, un antídoto contra tanto actor "importante" e "intenso" (el Sean Penn de 21 gramos, por ejemplo). Es muy interesante ver cómo sé reinventó y le dio un nuevo perfil a su carrera. En las batallas se desempeña como un experto, en los momentos que no son de acción aporta seguridad y su transformación de cínico soldado americano a noble Samurai es creíble. Por otro lado, no hay ningún otro actor al que le queden tan bien los ralentis.
Sebastián Nuñez.

jueves, enero 29, 2004

Jesucristo Superstart 

Miniespias 3D: Game over (SpyKids 3D: Game over, Estados Unidos, 2003). Dirigida por Robert Rodriguez. Con Daryl Sabara, Alexa Vega, Sylvester Stallone, Ricardo Montalban y tooooodos los que parecieron en las anteriores pelis de la saga.
Ficha Técnica.
ESTRENO
Puntaje: 9

A Robert Rodríguez lo definí en mi crítica de Erase una vez en México como "un genial (de)constructor de universos que son cimentados a partir de pequeñas piezas extraídas de la realidad, del imaginario mundo del comic y principalmente del cine mismo". Una visión fosilizada en mis propias pasiones que confirman, la miopía en materia de libertad e imaginación que sufre el resto de la humanidad en comparación con Robert Rodriguez y su Mini Espías 3-D Game Over. Rodríguez y su arcade, Mini Espias 3-D, son análogos con aquella prueba del oculista en la cual se nos indica nuestro grado de visión mediante la lectura de una secuencia de letras que en orden descendente achican su tamaño hasta casi desaparecer, pero de manera menos clínica y más electrónicamente divertida, midiendo el grado de desprejuicio, aventura y libertad que el espectador y el cine mismo pueden permitirse gozar. Mini Espías 3-D conecta, por aquel divertido y fantástico artilugio del 3-D, a las viejas aventuras de William Castle y su universo de cine como experiencia multisensorial. La película desarrolla dos tercios de su metraje dentro del videojuego en tres dimensiones, como para que nadie se quede con las ganas, y Rodríguez comprende que para hacer de tal aventura la que cualquiera erigiría, solo requiere que se pierda la solemnidad que sufren otros productos hi-tech y/o dirigidos al publico infantil. Además anula al videogame como concepto peyorativo (característica de la peor critica nacional) y suma capas a tal objeto cultural. Capas de nieve, de chocolate, de azúcar, de superhéroes, capas desenfrenadas que hacen del videojuego algo más que un cuarto donde se elige estar o no, el videogame es un universo amplio y la homogeneidad con la cual se lo cita es a veces fruto de la ignorancia. No es lo mismo el Space Harrier que el Bubble Bobble, ni el F-Zero que el Tetris. Como un Dios online ama a sus criaturas sobre todas las cosas, le da piernas a quien no puede caminar (¡Megalegs! ¡Yeah!), hace el bien en 3-d y regala anteojos sin mirar a quien, perdona los pecados de Stallone y continúa su discurso pro-familia, al incorporar a cualquier personaje que haya aparecido en la saga en una increíble secuencia final.
Robert Rodríguez colorea la Tierra, vuela y pixela la luna de Méliès hasta convertirla en el escenario de un round –en el sentido más Street Fighter-, afirmando así y en todo su film que la imaginación y el cine no envejecen sino es cuestión de saber pasar al próximo nivel.
Juan Manuel 2-Dominguez.

miércoles, enero 28, 2004

Besos que matan 

Corazones abiertos (Elsker dig for evigt, Dinamarca, 2002). Dirigida por Susanne Bier. Con Sonja Richter, Nikolaj Lie Kaas, Mads Mikkelsen, Paprika Steen y Stine Bjerregaard.
Ficha técnica.
ESTRENO
Puntaje: 6

Después de un dulce y desprolijo beso (efecto del dogma), el muchacho de la pareja enamorada sale del auto para ser atropellado e inmovilizado de por vida. Ese es el puntapié inicial de este drama que poco a poco se transforma en una película de relaciones prohibidas. El lisiado, destrozado por su presente y futuro, hostiga a su novia y no la quiere ver. Ella busca apoyo y amor en un médico, que es el marido de la mujer que atropelló a su novio. Y así las relaciones se cruzan irremediablemente.
Más allá de lo experimental que parezca el dogma95 creando límites definidos a la libertad del cineasta, no resulta otra cosa que una gigantesca operación comercial para el cine dinamarqués y de países aledaños. La película, queriéndose alejar por momentos de todo esto, se desenvuelve en forma correcta y precisa. Pero hay algo que molesta mucho: una cámara que retrata imágenes granuladas, a veces haciendo primerísimos primeros planos, otras veces recreando fantasías de la novia del accidentado. Salvo en este ultimo recurso deja un sabor amargo que detiene la continuidad narrativa.
En esta especie de realismo dogmático fastidian, además, los agregados artificiales de tv movies como que la mujer del médico tenga accidentalmente crema de torta en la cara y él se la saque provocando una intimidad de cartón dentro de un clima tenso. Sin embargo, las acciones de pleno dramatismo con el dogma, en general, se agigantan.
La historia no resulta hipócrita, hay diálogos muy buenos y la relación de pareja infiel tiene una tez lacaniana que asombra. Todo fluye como un espiral en tres dimensiones que cae a la manera de la apertura de las viejas cornetas baratas de cotillón transformándose en un cono con un centro inexistente que ni vale la pena soplar, perdido en la incongruencia de una supuesta felicidad. La muerte parece estar a un costado, porque el accidentado se salva, nadie fallece, pero la muerte permanece ahí, vigilando constantemente, destinándoles a todos los personajes una soledad sin esperanza. La soledad del hombre en su tumba.
Leandro Rosenzveig.

jueves, enero 22, 2004

Viuda e hija enrocan rol 

Un viernes de locos (Freaky Friday, EEUU, 2003). Dirigida por Mark S. Waters. Con Jamie Lee Curtis, Lindsay Lohan y Mark Harmon.
Ficha técnica.
ESTRENO
Puntaje: 9.

El logo de la Disney al comienzo de Un viernes de locos, sumado a la información que uno tiene sobre el film, podría dar a confusiones y uno podría pensar que se trata de una película llena de lugares comunes y tremendamente sensiblera. Pero a medida que avanza el film uno se da cuenta de que está ante algo bueno, algo muy bueno. Los lugares comunes están -después de todo, esta es otra historia de intercambio de cuerpos entre padre e hijo (en este caso madre e hija) como Viceversa, De tal padre tal hijo y la original Freaky Friday de 1976, en la que se basa- y si, es un film convencional, pero también es una película en la que nada falla, donde todos los momentos emotivos lo son de manera noble, donde no hay un solo chiste que no funcione, uno de esos raros casos donde todo funciona a la perfección.
Primer estreno en la argentina de Mark S. Waters (hermano del genial Daniel Waters, guionista de Batman vuelve, Hudson Hawk y Heathers), Un viernes de locos nos descubre a un gran director de comedias, con una noción del timing que ya varios quisieran tener. Jamie Lee Curtis y Lindsay Lohan están maravillosas en sus roles de madre viuda a punto de casarse y de hija adolescante rebelde, respectivamente y viceversa también. Pero si todos sabemos lo excelente que puede llegar a ser Jamie Lee, es hora de descubrir a la pequeña Lindsay, quien ya tiene experiencia en hacer dos roles en el mismo film, ya que en Juego de gemelas (otra remake Disney, aunque muy inferior) hizo de ambas gemelas del título. Además hay que agregar que en Un viernes... hace un papel que en el original hacía Jodie Foster, y decir que sale airosa de esta difícil tarea habla muy pero muy bien de la chica. Como si esto fuera poco, también se revela como una gran cantante. Por suerte tendremos Lindsay por un largo rato. Su siguiente film, llamado Mean Girls, dirigido nuevamente por Waters y escrito por Tina Fey, una de las integrantes más brillantes del plantel actual de Saturday Night Live, se estrena en EEUU en abril (¿llegará a la Argentina?).
Y aquí vale otra aclaración: Un viernes de locos se estrenó aquí –como viene ocurriendo cada vez más seguido- solamente doblada al castellano, y en un film donde una adulta hace de adolescente y viceversa, donde es importantísimo el cómo hablan los personajes, esto es algo imperdonable y que le quita muchísimo de su atractivo. De hecho, la primera vez que la vi, que fue en cine, no me pareció tan brillante como cuando la vi en DVD en su idioma original. Ocurrió con Elf, con Looney Tunes, ahora con esta y se vienen unas cuantas más. Poco a poco nos estamos transformando en España.
Juan P. Martínez.

miércoles, enero 21, 2004

Lejos del paraíso 

21 gramos (21 grams, Estados Unidos, 2003). Dirigida por Alejandro González Iñárritu. Con Sean Penn, Naomi Watts, Benicio Del Toro, Charlotte Gainsbourg.
Puntaje: 2. En los diarios:
Horacio Bernades (Página/12): ; Fernando López (La Nación): 4; Marcelo Zapata (Ambito Financiero): 8; Pablo 0. Scholz (Clarín): 8;

Este segundo largo del mexicano González Iñárritu es una película "importante". Mejor dicho: lo que cierta crítica tan afín a los lugares comunes decreta como "película importante". Esto es: temas comprometidos (muerte, droga, venganza, redención, culpa, donación de órganos, Dios) + actuaciones intensas + estética arty + narración fragmentada. La suma parece muy tentadora y varios cayeron en esa tentación (ver la crítica de Clarín firmada por Pablo Scholz, por ejemplo) pero el resultado es nulo. Detrás de todos esos pesados elementos que Iñárritu utiliza para disimular su estrecha mirada del mundo y el cine, no hay nada de nada. Iñárritu no tiene mucho para decir y es poco lo que se puede rescatar de su segunda película. Apenas si puede desprenderse un pesimismo místico que establece que en la vida todo está prefijado y quienes estén destinados a la fatalidad (por haber cometido algún pecado inicial en algún momento de su vida, como los personajes de Benicio Del Toro y Naomi Watts) jamás lograrán escapar. A esta mirada, que si no llega a indignar del todo es porque su pobreza moral e intelectual la vuelve irrelevante, Iñárritu le suma una estética manierista, exhibicionista y demasiado artificial (imagen con grano, colores ocres) que de tan redundante con lo que retrata multiplica el tono dramático de la historia hasta anularla por completo. Lo poco que el relato ofrece como interesante, los contadísimos momentos en que los personajes cobran algo de vida propia para dejar de ser marionetas de un aburrido y omnipresente dios menor (Iñárritu), son aplastados por las decisiones del director mexicano, que eligió transportar su pesimismo místico a cada una de sus ideas visuales como para que quede claro que el mundo es un feo, largo y trágico camino para pagar nuestros pecados; un mundo en el que sólo nos queda, una vez que estemos al borde de la muerte como el personaje de Sean Penn, decir banalidades sobre el peso del alma.
Sebastián Nuñez.

domingo, enero 18, 2004

Devorador de nenes 

Jeepers Creepers 2 (Estados Unidos, 2003). Dirigida por Victor Salva. Con Jonathan Breck y Ray Wise.
Ficha técnica.
ESTRENO
Puntaje: 7. En los diarios: Martín Pérez (Página/12): 7; Diego Lerer (Clarín): 6; Diego Curubeto (Ambito Financiero): 1; Adolfo C. Martínez (La Nación): 6.

No se puede decir que esta secuela sea más de lo mismo. Tal vez lo único que emparente a Jeepers Creepers con su sucesora son las múltiples referencias cristianas y homoeróticas. Poco quedó de la obra maestra que inició la saga: no tenemos al camión BEATNGU con su bocina infernal, la capilla sixtina humana del sótano quedó en el olvido y la omnipresencia de la canción que daba nombre a la película también es cosa del pasado. Pero The Creeper sigue hambriento y después de comerse a un nenito en un maizal, le dio por atacar a un jugoso y descamisado grupo de fornidos deportistas secundarios. La lógica de ataque del Creeper es remover cada parte de los chicos que le sea necesaria, similar a la del Buffalo Bill de El silencio de los inocentes pero más puto que gay. Es decir, The Creeper tiene todo el salvajismo y carisma que le faltaba al conflictuado costurero y devora a sus jugosas víctimas. Tal vez el tropiezo más grande de esta segunda entrega se encuentre en la subtrama que nace de ese niño del que se apodera The Creeper al principio, que motiva una furiosa cacería de un padre que busca venganza. Así sale el padre a tratar de arponear con su camioneta al monstruo, como si se tratara de una versión de Tiburón rutera (la primera mitad de JC era un homenaje a Reto a muerte). Lo extraño de esa referencia clara, es que en la primera parte de JC el monstruo tenía las características asesinas del tiburón de Spielberg. Un cazador oculto que aparecía, comía y rajaba. En cambio, en esta segunda parte vemos al asesino de cerca casi todo el tiempo. El plano que definía la forma de actuar del Creeper en JC era el plano general que remitía al “hombre de la bolsa”, aquí sería uno de los primeros planos en que “hace caritas chistosas” mientras elige su próximo plato. The Creeper se volvió explícito, pero todo eso que pierde por falta de insinuación lo ganó en seducción y perversidad.
Pocas veces son interesantes los datos extra fílmicos sobre algún director como elementos resignificantes de un film. Que Truffaut haya vivido o no las desventuras del Antoine Doinel en Los 400 golpes no afecta en absoluto la dureza del film. Pero saber que Victor Salva estuvo preso por admitir haber abusado sexualmente de un nene de 12 años hace de JC una saga aún más perversa y escalofriante.
Naza Chong.

viernes, enero 16, 2004

Superficies de placer (o La Apoteosis del Fetiche) 

Hoteles (Argentina, 2003). Dirigida por Aldo Paparella. Con Noemí Amaya, Fernando Carballo, Virginia López Etcheverry, Jorge Richter.
¿Ficha técnica?.
ESTRENO
Puntaje: 9. En los diarios: Luciano Montegaudo (Página/12): 7; Diego Lerer (Clarín): 6; Fernando López (La Nación): 4; Paraná Sendrós (Ambito Financiero): 4.

Es probable que no haya ninguna creación tan libre como la videoinstalación. Esta forma de expresión ha avanzado sobre tantos territorios y de tantas maneras diferentes que es casi absurdo intentar clasificarla. Lo único seguro es que se vale de la imagen filmada y que, más allá de proponer un recorrido, le permite al espectador - participante una total libertad para elegir la forma de leer la obra.
Hoteles es una película atípica, espinosa y magnética, y tal vez esto se deba a su acercamiento a la lógica de la videoinstalación: no hay aquí narración lineal ni búsqueda cómplice. Al igual que Bill Viola y sus personalísimas obras en blanco y negro, Paparella desnuda su mundo personal y sus obsesiones secretas, sin dejar de ser sincero, sin evitar ser críptico. De modo similar al ecléctico Nam June Paik y sus pastiches coloridos, el director hace uso de todo formato que tiene a su alcance y a toda textura de la imagen, sin desdeñar la mezcla en un mismo envase de íconos pop, imágenes religiosas o restos marinos. Paparella diseña, lenta y meticulosamente, un viaje de ida, un mundo sin imposiciones, donde cada espectador traza su propia senda de lectura, donde todo vale.
Resulta fascinante por sobre todo el trabajo que efectúa el director con los fetiches y los íconos (tanto religiosos como políticos). Desde una puesta en escena netamente fascinada con los objetos - a tal punto que hasta los cuerpos entrelazados en las escenas de sexo tienes la frialdad de objetos en movimiento - Paparella construye la apoteosis del fetiche, la celebración de las cosas como fuente de satisfacción. La reiteración del coral petrificado o de la bata oriental no sólo dan unidad a las cinco historias sino que enfatizan la idea del fetiche como placer colectivo, como ritual de grupo. Habrá quien critique la arbitrariedad de esas reiteraciones, pero tal vez la mejor manera de entender esos objetos - sutura sea dejándolos ser, apreciar sin buscar explicaciones, disfrutar del superlativo trabajo con la luz (en base a fondos sobreexpuestos, penetrantes luces azules u oscuridades táctiles) sin preguntarse demasiado, como con El camino de los sueños, de David Lynch.
Apreciar Hoteles es darse la posibilidad de hacerlo, aún sabiendo que es una pieza única, irrepeteible, tal vez demasiado hermosa como para ser comprendida racionalmente.
Guido Segal.

Il ultimo facio 

Tus ojos brillaban (Argentina/España, 2003). Dirigida por Silvio Fischbein. Con Fabián Gianola, Laura Oliva, Miguel Angel Rodriguez, Claribel Medina, Hugo Arana, Luis Margani, Luciano Pereyra y Susana Traverso.
Ficha técnica.
ESTRENO
Puntaje: 2. En los diarios: Horacio Bernades (Página/12): ; Aníbal M. Vinelli (Clarín): 1; Diego Batlle (La Nación): 4; J. del C. (Ambito Financiero): 6.

Es poco probable -diría imposible- que uno disfrute de una película habitada por personajes tan desagradables como los de Tus ojos brillaban. El film de Fischbein es una película de y para "machos argentinos". Los personajes masculinos son exactamente eso. Aquellos seres repugnantes, misóginos, retrógrados y cuanto (des)calificativo pueda aplicarse que suelen conocerse como "argentino medio". El personaje de Fabián Gianola es lo que se conoce comunmente como "un ganador". Está casado pero lo único que ama de su mujer es "su culo", e intenta levantarse a cualquier "minita" que se le cruce por su camino. Degustador de vinos, seductor (si, si, claro, Fabián Gianola seductor) y chanta, su personaje es un buen exponente de aquel "viejo cine argentino" que tanto odiamos.
Aunque la película intente hacerse pasar por "moderna", ya que la mujer de Gianola, encarnada por Laura Oliva –una muy buena actriz atrapada en un papel horrible- trabaja, mientras él se queda en su casa durante el día, el personaje de ella está mostrado como "una histérica insatisfecha", cosa que –un ejemplo en un millón que pueden encontrarse en la película- le da un tono misógino bien típico de este tipo de cine. Esto sin contar diálogos excecrables como cuando Gianola está con su amigo (M. A. Rodriguez) en el gimnasio, ven a una mujer con unos kilos de más y dice algo así como "mirá esa mina qué gorda y horrible", Rodriguez le dice: "Tenés que mirarla con otros ojos" y Gianola le retruca "Si, porque con los mios me quedo ciego". O cuando el personaje del diariero que encarna Hugo Arana dice: "Las mujeres no tienen que trabajar, tienen que quedarse en la cocina" (¡si, de verdad dice eso!) y Gianola le responde: "Bueno, los tiempos cambiaron". Hasta ahí todo bien, pero luego agrega: "Pero es una opinión respetable la tuya".
Tus ojos brillaban se parece bastante a El último beso, el gran film de Gabriele Muccino, pero mal y en clave "macho-facho-argentino". Hasta tiene la misma vuelta de tuerca final, aunque, obviamente, al revés. Aburrida, sin gracia, arbitraria, mal filmada y peor actuada (salvo Oliva y también por Luciano Pereyra, que no está mal), lo único gracioso que tiene la película es algo involuntario. En varias escenas Gianola y Oliva aparecen desnudos –hay varios, horribles, planos-culo de Gianola- y es increible cómo Laura Oliva casi no tiene tetas, mientras que Gianola tiene dos grandes senos. Habría que llamar a Kramer de Seinfeld para que le acerque un par de "bros".
Juan P. Martínez.

miércoles, enero 14, 2004

Estados de consciencia 

The Falls. Dirigida por Peter Greenaway.
Ficha técnica. Europa Europa: 17/1, 23:45; 28/1, 1:25.
Gambling, Gods and LSD. Dirigida por Peter Mettler. Ficha técnica. Cinemax: 14/1, 6:15; 19/1, 18:45; 22/1, 16:30.
TV

Llega un momento en la vida en que uno se da cuenta de que es demasiado tarde; uno descubre que tras sus espaldas hay miles de años de historia y que ya todo fue inventado, todo fue decidido. A fin de cuentas, se hace evidente de que la idea de elegir es falsa y todo se nos ha impuesto: vivir en sociedad, adecuarse a leyes, acatar ciertas verdades inalienables. Pero sobre todo debemos tolerar la sumisión al lenguaje, esa masa moldeable que ya no se limita meramente a comunicar sino que define la existencia, abarca todo el conocimiento y hasta delimita las sensaciones. No sabemos vivir por fuera del lenguaje.
Sin embargo, una vez cada tanto nos enfrentamos a eventos que nos dejan perplejos, mudos... las palabras sobran y la fascinación no es ya mediada por frases porque estas no abarcan todo el efecto que ese evento nos produce. Más que ante sensaciones verbales, nos enfrentamos a estados de consciencia.
Este mes se emiten por televisión dos películas que han producido este efecto en mí; curiosamente, ambas poseen una duración anormalmente larga pero, debido al carácter hipnótico de ambas, esto parece no tener relevancia. Por otra parte, ambas películas permiten una visión parcial, en el sentido de que tienen más que ver con estados de la mente que con el seguimiento de un relato concreto. No es que recomiende verlas en partes, pero debido a que las vi más de una vez a cada una me puedo permitir esos experimentos.
The Falls, una de las primeras obras de Peter Greenaway, es un extensísimo catálogo de todas las mutaciones que produjo el "evento violento desconocido", especie de explosión futurista. A través de la acumulación de datos, imágenes repetitivas, veloces o confusas y de multiplicidad de voces, Greenaway alcanza lo que Kant llamaría el sublime matemático: nos conectamos con cosas que podemos pensar pero no experimentar empíricamente, vamos más allá de lo humano y su limitación; rozamos lo sublime, que a su vez nos aniquila como individuos. Se supera así la mera narración para adentrarse en una sintonía mental, en un automatismo hipnótico pero fascinante.
Gambling, Gods and LSD es un documental tan abarcativo e inmenso que excede una búsqueda personal para abrirse a un estudio universal. Peter Mettler recorre Canadá, EEUU, Suiza y la India sin un objetivo definido, sin un límite fijo, guiándose por el instinto. Imágenes dispares, inconexas y radicalmente opuestas se unifican a través de un delicado uso del sonido, de un hipnótico zumbido que se superpone a la tenue voz en off de Mettler para lograr una calculada intimidad. Hablamos entonces del sublime dinámico: la Naturaleza da toda su potencia de vida, nos hace sentir a la vez pequeños (vulnerabilidad) y parte de ella (identificación).
No cabe más que hacer la prueba; enfrentarse a estas dos rarezas es permitirse entender a la imagen como un estado atemporal de consciencia, como un trance prolongado absolutamente activo. Tanta belleza y tanta desmesura no merecen más respuesta que el silencio atento.
Guido Segal.

Con los pañales llenos de sueños 

Rugrats: aventuras salvajes (Rugrats Go Wild!, Estados Unidos, 2003). Dirigida por John Eng y Norton Virgien.
Ficha técnica.
ESTRENO
Puntaje: 6. En los diarios: Diego Curubeto (Ambito Financiero): 8; Pablo 0. Scholz (Clarín): 8; Adolfo C. Martínez (La Nación): 6.

Ciertamente Rugrats resulta distinto a otros productos para niños como los de la factoría Disney, Fox o Dreamworks. La diferencia fundamental es que Nickelodeon es cool, pero cool a la vieja usanza. Les da una nueva participación a partir de juegos, diseño, experiencia, cultura urbana y sociedad preadolescente. Rugrats nace en 1991 casi como el alma mater de Nickelodeon. Se trata de un grupo de bebés que tienen un diálogo fluido entre ellos mientras que con sus padres mantienen la relación normal de bebes/hijos. Estos bebés tienen aventuras, son intrépidos y hacen travesuras (perdón por usar estas palabras, todo por ser fiel a la serie infantil). Algunos son más valientes, otros no ocultan su timidez y cada uno ocupa un lugar en posición grupal característico de niños de una edad superior a la que realmente tienen. En la tercera película de Rugrats la aventura nace en un arenero. El grupo de bebés sueña con vivir gigantescas proezas a partir de un juego con los elementos cotidianos que tienen a su alcance (cocodrilo de juguete, rampas). Finalmente los niños consiguen una aventura de verdad, ya que naufragan en medio de unas vacaciones accidentadas junto a los padres y terminan en una isla casi desierta. No están solos, están también los Thornberrys (figuras de otra de las series éxito del canal / productora). Esta peripecia hace que Tommy (el bebé protagonista) se encuentre con uno de sus ídolos, el valiente Nigel Thornberry para vivir con sus amigos nuevos contratiempos. Nickelodeon nos deja disfrutar de música que no está incluida en la mayoría de las películas ofrecidas a niños pequeños (por ejemplo temas de The Police y de Aerosmith). Uno de las mejores situaciones está dada cuando dos de los personajes escuchan en una camioneta y cantan Should I Stay Or Should I Go de The Clash. Y existe un momento de la película en que hasta canta Bruce Willis. Lamentablemente, no todas las canciones tienen ese fuego interno que tanto queremos, están también las tradicionales de películas animadas que fastidian un poco a la narración. El final deja un sabor amargo porque todo el sinfín de aventuras experimentadas en la naturaleza se derrite frente a la posición de comodidad absoluta (aunque aquí también existe la anarquía.) Pero las aventuras salvajes de los Rugrats quedan opacadas por el hombre que enfrentó al león en el zoo de Buenos Aires. Ni Cocodrilo Dundee ni David Thornberry jamás se hubiesen animado a semejante proeza. Y encima la gente no lo aplaudió.
Leandr Rosenzveig.

martes, enero 13, 2004

Kill Douglas 

El padre de mi novio (The in- laws, Estados Unidos, 2003). Dirigida por Andrew Fleming. Con Michael Douglas y Albert Brooks.
Ficha técnica.
ESTRENO
Puntaje: 3. En los diarios: Horacio Bernades (Página/12): ; Fernando López (La Nación): 4; Marcelo Zapata (Ambito Financiero): 6; Aníbal M. Vinelli (Clarín): 6

La primera secuencia de esta (anti)comedia es realmente buena y es además lo único rescatable. En ese comienzo, Michael Douglas, quien a esta altura debería tener piedad de los espectadores y considerar la posibilidad del retiro, debe escapar cual James Bond en medio de una noche de Praga luego de negociar con un traficante de armas o algo así. La escena es vertiginosa y posee un valor agregado gracias al uso de la música. Lo que suena es Live and let die, y ver a Douglas escapando, con esa música que no pega nunca con las imágenes (la falta de sincronización es un involuntario hallazgo) le da un tono irreal y disparatado que la transforma en una escena muy lograda. El problema surge cuando a los pocos minutos nos damos cuenta de que sólo se trató de una casualidad ya que ninguna otra situación será resuelta de forma satisfactoria. No hay nada que funcione: la pareja Douglas-Albert Brooks, que tiene menos onda que el dúo Dissi-Francella en Los Exterminators, provoca muchas cosas menos gracia, el guión parece haber sido escrito por algún colaborador exiliado de Adrián Suar y el uso de la música es el más torpe que se recuerde en mucho tiempo. Ni siquiera se puede rescatar algún chiste, e incluso varios dan vergüenza (¿por qué siempre hay que soportar los mismo chistes de índole sexual sobre franceses?). Pero si de vergüenza se trata, el primer premio se lo lleva el momento en el que Brooks va a decirle "hijo de puta" a Douglas y cuando está por decir la palabra "puta" (bitch), el montaje corta y nos lleva a la imagen de un auto dando un bocinazo. Digno de una producción Telefé, este remate es una de las tantas estupideces con las que nos castiga esta película en la que, para colmo, Michael Douglas trata de hacerse el gracioso.
Sebastián Nuñez.

lunes, enero 12, 2004

Chuck amuck 

Looney tunes: De nuevo en acción (Looney tunes: Back In Action, 2003, Estados Unidos). Dirigida por Joe Dante. Con Bugs Bunny, El Pato Lucas, Brendan Fraser, Jenna Elfman, Steve Martin.
Ficha técnica.
ESTRENOS
Puntaje: 10

A Pancha.

El Pato Lucas, disfrazado de mosquetero, es víctima de un dibujante que lo gira como si fuera un disco por escenarios inconexos con su vestimenta y Lucas, como pro del dibujo animado que es, intenta plasmar el rol que cada lugar amerita. Finaliza batallando con el dibujante, transformado en un ser violeta y miedoso de su futuro laboral. Eso es Duck Amuck, la obra maestra del fallecido Charles M. Jones, el director de animación responsable de postales (cálidas como una golosina) infinitas del imaginario visual pop-pular: una rana que canta y baila cuando nadie la ve, los productos ACME o Bugs casándose con Elmer. El mayor –por tajante- ejemplo de su genio es Willie E. Coyote, eterno perdedor en fuga gravitacional. Sus cortos son libertades anárquicas, musicales en su ritmo y Gremlins del absurdo, por cada gag se suceden seis más disparatados, hasta que su rostro denote la derrota, logica mediante (no hay magia como en el Tío Walt sino un Newton por descubrir cuando cese el movimiento) y se conviertan aquellas imágenes en el apogeo de la derrota.
Joe Dante idolatra a Chuck. Lo demostró en varios de sus films anteriores (Los exploradores, Viaje Insólito y ambas Gremlins) pero es en Looney Tunes: De nuevo en acción donde Joe lustra lo superficial del concepto para convertirlo en una pista de patinaje. Una pista para que jueguen (principalmente) Lucas, Brendan Fraser, Bugs y Jenna Elfman, formada de un océano de pasiones dantescas (televisión, Jones, películas clase B) cristalizadas en superficies cinéticas, que se convierten en algo superior a la mera cita: la aparición de Kevin McCarthy en blanco y negro como en Body Snatchers directamente para el corazón o la nobleza de una zanahoria sableláser es demasiado para estos tiempos tan civilizados. Divertido pero no civilizado como decía el Gremlin inteligente. Dante va increscendo, como el coyote, comienza con un ínfimo don - la discusión temporada de patos o conejos - y finaliza con un barroquismo de alto romanticismo que da pie a delirios como la escena de la ducha hitchcokiana a la Bugs. Lee a estos personajes como lo necesitaban, como libertades recompensadas que pueden viajar de Estados Unidos a París sin explicación alguna, como genialidades que mastican arte de forma proteínica para lograr porciones de pastel (la persecución en el Louvre entre Elmer, Lucas y Bugs), como palos del circo para un guión disparatado para estas épocas de osos y papás geniales.
De forma casi episódica, que a veces se disfraza de screwball y de vez en cuando nos apunta a nosotros acusándonos de conejos o patos frente al cine, Dante iza a niveles galácticos - literalmente- la libertad que existía en Duck amuck y en todo el mundo de Jones. Y solo así logra convertirse en un Looney honorario.
Juan Manuel Dominguez (back in action).

sábado, enero 10, 2004

Influencia 

The Wildhearts: The Wildhearts Must Be Destroyed. Producido por Russ "Risky Russ" Russell.
Ficha técnica.
DISCOS
Puntaje: 10

Este álbum marca el retorno luego de cinco años de ausencia de aquel maravilloso menjunje heavy-punk-pop-arena rock-rock n’roll-rock liderado por el trastornado Ginger, y que en este país se conoce más bien poco. Es más, yo los conocí de pura casualidad cuando en 1996 fui al Wembley Arena a ver a AC/DC y ellos eran los teloneros.
The Wildhearts es principalmente una banda de influencias. Estos chicos escucharon mucho a grupos como Kiss, Metallica, Kinks, Cheap Trick, Van Halen, Beatles, Sex Pistols, The Clash y Stiff Little Fingers, por nombrar sólo unos pocos. La novedad es cómo utilizan todas aquellas influencias –a veces dentro de la misma canción- para lograr algo totalmente novedoso. Sus discos son avalanchas de éxitos instantáneos que en la supeficie parecen inaccesiblemente ruidosos –esto está llevado al extremo en Endless, Nameless, su disco anterior, un experimento diseñado especialmente para sonar "como si uno estuviera bajo efectos del éxtasis" (Ginger dixit)- pero que terminan revelando su corazoncito pop con sus estribillos pegadizos y armonías vocales sacadas de la British Invasion.
Este nuevo disco no es la excepción. El primer track, Nexus Icon, chorrea wildheartismo por todos lados. Es un punk furioso y veloz que recuerda a Stiff Little Fingers, una inyección de adrenalina que nos prepara para lo que será el resto del álbum. Esto es, lo más cercano a una versión en disco de Speed de Jan De Bont.
... Destroyed sigue con Only Love, un tema cuya introducción nos hace pensar en Kiss, pero que al instante se convierte en la versión distorsionada de alguna canción de la época pre-psicodélica de The Hollies. Someone That Won’t Let Me Go es wildheartiana en el sentido más poppero de la palabra, con "la-la-la-la-las" en el estribilloy todo, mientras que Vanilla Radio es puro arena rock, que remite tanto a Cheap Trick como a Kinks circa Misfits. One Love, One Life, One Girl podría tranquilamente haber formado parte de Play Deep, aquel gran disco de The Outfield, y Get Your Groove On ES The Exploited, pero también es una especie de remake de Caffeine Bomb, tema que aparece en el excelente Earth Vs. The Wildhearts. Y desde So Into You hasta el potente cierre con Top Of The World, el disco suena todo el tiempo a 1976, y es aquí donde tenemos a los dos mejores temas de ...Destroyed, los irresistibles, contagiosos y kisserísimos It’s All Up To Me y Out From The Inside.
La única crítica que puede hacérsele a simple vista a The Wildhearts Must Be Destroyed es su duración, de escasos 32 minutos. Pero, al igual que el Green Album de Weezer, este es un disco cortísimo que deja de serlo por ser un llamado al repeat infinito. Aunque remite tanto a épocas pasadas que dan ganas de escucharlo en vinilo.
Juan P. Martínez.

viernes, enero 09, 2004

Top 5: caprichos 

Agustín Mango:
1- Cantata de las cosas solas (Willi Behnisch).
2- Rana's Wedding (Hany Abu Assad).
3- Ana y los otros (Celina Murga).
4- El show de Miranda! y Leo García juntos en Niceto.
5- La Barcelona.
Bonus Track: Sinon j'etouffe (Nicolas Azalbert).
Lo peor: Catupecu Machu.

Santiago García:
1- Las películas de Indiana Jones en DVD.
2- La programación del canal Retro.
3- Ciclo Howard Hawks en La Lugones.
4- ¡Adam Sandler para todo el mundo!
5- El Whooper Suizo de Burguer King.
Lo peor: las campañas publicitarias de Axe y Arnet Highway.

María Marta Sosa:
1- 8 mile: Calle de ilusiones.
2- Yo no sé qué me han hecho tus ojos.
3- The O.C. (Warner Chanel).
4- E. R. (Warner Chanel).
5- Almorzando con Mirtha Legrand.

Nicolás Pichersky:
Sorpresa cinamatográfica fuera del circuito comercial: la película del Corto Maltés en el Gaumont, en el ciclo de cine para niños.
Revelación literaria: la revista Barcelona.
Mejor libro: la reedición de Bs As. Vida cotidiana y alineación, de Juan José Sebreli.

Leandro Rosenzveig:
1- El jugo de naranja en este verano.
2- El tratamiento de la ley sobre la legalizacion.
3- El olor a auto nuevo.
4- El calor sobre el calor.
5- Los jeans de old bridge.
El peor: La decision de warner de no subtitular looney tunes y no ofrecer en pantalla grande versiones extendidadas de la primeras partes de el señor de los anillos.

Sebastián Nuñez:
1- Donnie darko (DVD).
2- Los Simuladores.
3- Realmente fantástico, de Marcelo Cohen.
4- Greatest hits, The Cure (DVD).
5- 24 hours party people (Edición doble en DVD).

Juan P. Martínez:
1- La gran aventura de Mortadelo y Filemón, de Javier Fesser.
2- La herencia del Sr. Deeds, de Steven Brill.
3- Legalmente rubia 2, de Charles-Herman Wurmfeld.
4- A Mighty Wind, de Christopher Guest.
5- Blossoms and Blood (corto de PT Anderson hecho a base de escenas borradas de Embriagado de amor, presente en el DVD de la película).

Juan Manuel Dominguez:
1- Lamentablemente directo a video: La herencia del Sr. Deeds.
2- El comic New X-men de Grant Morrison y Frank Quitely.
3- Lesbianas de Buenos Aires de Santiago García en el Bafici.
4- El videogame Indiana Jones and the Emperor´s Tomb.
5- Copia no identificada de Gozu de Mike Takashi (Gracias, Dutto).
Lo peor: Los doblajes al castellano, sin copia en ingles de Elf y Loones Tunes de nuevo en acción.

Fabiana Ferraz:
1- El lobo de la costa oeste.
2- Dolls.
3- El fulgor.
4- La de Elvis (no me acuerdo el nombre).
5- Gerry.

Guido Segal:
1- Las monumentales tetas de Luciana Salazar.
2- La reposición de todas las temporadas de Cha Cha Cha en I-Sat.
3- Gilles Deleuze y todo lo que emane de su pluma.
4- Los comics viejos de The Shadow, cuando salían en DC y traducidos al gallego por Zinco.
5- Retro y su inigualable programación que respeta los formatos como se debe.
Lo peor: Brasil y todo lo que hay dentro. Ojalá alguien entre en razón y borre del mapa a esos gorilas carnavalescos.

Naza Chong:
1- Jackass the movie y algunas otras.
2- El té negro chino y el earl grey.
3- Pintas.
4- Muchos blogs.
5-.
Bonus Tracks: Muchas otras cosas.
Lo peor: mi memoria que empeora.

miércoles, enero 07, 2004

Placeres escondidos 

Volvió la polémica. Esta es una respuerta a los planteos que propuso Guido
acá.

Más allá de la chicana al aire de "defender la última producción adolescente" (no sé quién anduvo defendiendo a algún director de 15 años que estrenó y yo no me enteré), coincido con Guido en ampliar un poco el panorama. Pero si bien comparto un poco la reticencia a los puntajes, por otro lado creo que los balances son esenciales. Precisamente nos permiten ver tendencias, climas, lógicas distributivas y, sí, reflexionar sobre el cine que nos llega, y sobretodo cuál es el cine que nos llega y por qué.
Ahora, lo que no entiendo es el fin del texto de Guido. Que el cine reflexione sobre sus propias formas, posibilidades y maneras de desarrollar elementos esenciales a sí como la imagen o el tiempo es obviamente (muy obviamente) algo saludable (aunque la palabra no me guste mucho). Hacer un recorrido histórico de ejemplos, es también práctico a nivel informativo. Pero Guido propone una dicotomía bastante gruesa para después proponer que se siga en un camino que de hecho se sigue. ¿Qué sentido tiene sugerir la entrada en terrenos vírgenes después de afirmar la existencia de varias colonizaciones, como Resnais, Fellini, Ruiz, y hasta Linklater? (incluso más recientemente se puede agregar Eloge de l´amour de Godard, alguien que hizo tanto lo que defiende Guido que ya se volvió algo redundante).
Al mismo tiempo, detrás de esa florida escritura hace lo imposible por esconderse una proposición clara y distinta: ese "replantearse la enorme posibilidad que acompaña a la forma no lineal de narrar" es una frase cuya amplitud de significado es tan enorme que termina por no decir nada. ¿Qué está pidiendo, o proponiendo? ¿Qué se valore más un tipo de narrativa por sobre otra? Suena a declaración papal, del tipo "los hombres deberían dejar de lado sus diferencias", y que realmente no tienen ningún tipo de utilidad salvo para el que las escribe (y el que gusta de verse a sí mismo escribiendo).
Digamos, entonces, que sólo es una simple reflexión acerca del cine. Perfecto. Pero una reflexión lleva al menos una afirmación, y los "tal vez", los "quizás", los "¿por qué no?", y otras tantas fórmulas precisamente la esquivan, convirtiendo reflexión en sofismo y retórica inútil.
Toda la "reflexión" segaliana supone algo muy simple: hay un cine magnánimo, un cine de múltiples capas simultáneas y subjetivas. Ahora bien, ¿por qué es este cine (que Guido no tipifica, salvo por lo de las capas, supongamos entonces que se trata de Fellini, Resnais, etc.) un cine magnánimo? Y, sobretodo, ¿qué es "un cine magnánimo", más allá de una frase adjetivada de forma magnánima sin ningún sentido visible (excepto por aquel deleite de la propia letra del que hablé antes)?
Dije que en la "reflexión" de Guido no había una afirmación, que todo tipo de posición se escudaba tras el condicional y la pregunta retórica. Pero no. La única oportunidad en que Guido se decide a decir algo es cuando determina que "Es momento oportuno de replantearse la enorme posibilidad que acompaña a la manera no lineal de narrar"
Mi calendario no dice nada al respecto, quizás el de Guido tenga alguna información que nos explique por qué ahora (¿cuando?) es el momento para recordar (en definitiva, eso es todo lo que está haciendo Guido) ejemplos de una supuesta forma no lineal narrativa, una categoría tan amplia en la que conviven Linklater y Resnais, que suena y luce muy bien como título en negrita, pero nada más.
Agustín Mango.

martes, enero 06, 2004

Top 5: videoclips 

Juan Manuel Dominguez:
1- The White Stripes: The hardest button to button
2- Andre 3000 (Outkast): Hey yah
3- Har Mar Superstar: EZ Pass
4- Pink: Trouble
5- Robbie Williams: Come Undone
El peor: Britney Spears & Madonna: Me against the music

Juan P. Martínez:
1- Andre 3000 (Outkast): Hey Ya
2- White Stripes: The Hardest Button to Button
3- Jewel: Intuition
4- Justin Timberlake: Señorita
5- Bandana: Sigo dando vueltas
El peor: Christina intentando vanamente imitar a Britney en Dirrty.

Sebastián Nuñez:
1- The white stripes: Seven nation army
2- The white stripes: I just don´t know what to do with myself
3- Andre 3000 (Outkast): Hey Ya
4- Molotov: Frijolero
5- Junior senior: Move Your Feet
El peor: Catupecu Machu: Hechizo

Guido Segal:
Mejores videos: Seven Nation Army, el de Kylie Minón que da vueltas a la misma esquina, el de Junior Senior de la ardilla, el de Dave Mathews con Blue Men Group y el de Mogwai en el que matan a los animalitos. Perdón por la imprecisión pero es una categoría en la que no me actualizo y vi muy poco. No puse orden, no privilegio uno sobre otro.
Peor videoclip: el de Evanesence desde el edificio alto

Santiago García:
1- Pink: Feel Good Time
2- Korn: Did My Time
3- Pink: Trouble
4- Vicentico: Culpable
5- Jarabe de palo: Bonito
El peor: Britney Spears & Madonna: Me against the music

Naza Chong:
1- Travesti: Vacaciones en Israel (Leticia Roncoli y Marina La Grasta)
2- Mogwai: Hunted By a Freak (Plates Animation)
3- The White Stripes: I Just Don´t Know What To Do With Myself (Sofia Coppola)
4- Johnny Cash: Hurt (Mark Romanek)
5- Queens of the Stone Age: Go with the flow (Shynola)
El peor: Madonna y Britney Spears: Me against the Music (Paul Hunter).
Bonus: Junior Senior: Move Your Feet de Shynola; Har Mar Superstar: EZ Pass de Sarah Price; Scissor Sisters: Laura y Peaches: Set It Off (uno de los tres mejores que vi en el 2003, pero se editó en el 2002).

lunes, enero 05, 2004

Queer as(s) Frodo 

El señor de los anillos: El retorno del rey (The Lord of the Rings: The Return of the King, Estados Unidos/Nueva Zelandia, 2003). Dirigida por Peter Jackson. Con Viggo Mortensen, Liv Tyler, Orlando Bloom, Elijah Wood, Ian McKellen, Sean Astin, Cate Blanchett. Sin Christopher Lee.
Ficha técnica.
ESTRENO
Puntaje: 8. En los diarios: Martín Pérez (Página/12): 9; Diego Batlle (La Nación): 10; Pablo 0. Scholz (Clarín): 10;

Como en el resto de la trilogía de El señor de los anillos, la introducción de El regreso del rey remite al pasado. Siempre se busca intentar una suerte de explicación de los cabos sueltos que puede encontrar un espectador que no conozca en profundidad el universo “tolkienense”. Esta vez no se cuenta la creación de los 9 anillos y cómo Bilbo encontró el que los domina a todos, ni la batalla de Gandalf contra un Balrog, sino que se muestra la transformación de Smeagol en Gollum. Esta secuencia del último capítulo de la trilogía no es mala e incluso puede parecerle deslumbrante a alguno, pero pierde en comparación con los inicios del resto de la saga, resultado casi constante a lo largo de las tres horas y pico de la película. Tal vez la causa principal sea la ilusión generada por la solidez de Las dos torres. Esta vez el montaje paralelo entre las tres secuencias de acción se vuelve más denso y no tiene la fluidez de su predecesora. Tampoco las peleas mantienen ese nivel porque en esta tercera parte se abusa de los planos generales lejanos y esos ejércitos digitales ganan en evidencia y pierden vértigo. Si bien era una exageración esperar otra escena como la de Legolas usando su escudo de skate mientras asesinaba orcos a flechazos, no hay aquí ningún enfrentamiento que provoque una euforia similar.
La primera batalla ganada por el cierre de la trilogía es involuntaria. Gimli, el enano bocón, perdió relevancia en la historia y no ataca constantemente con sus fallidas líneas de comic relief. Pero donde El regreso del rey pretende darle pelea a sus partes anteriores es en la búsqueda de la emoción, y hay momentos en que logra vencerlas. Las dos historias de amor que nacieron en La comunidad del anillo se potencian en este último tramo. Claro que cuando se busca la emoción lejos de esas parejas se roza el sentimentalismo, sensación que empeora con algunas falsas muertes. Pero dentro de esos dos romances la emoción llega a la cima: el dolor por la separación que sufren Aragorn y Arwen se hace incontenible y el amor entre Frodo y su inseparable Sam se vuelve extremo, con la multiplicación de los planos que los encuentran cara a cara mirándose fijo, a punto de darse un beso. Estas relaciones son las más interesantes de la trilogía, por eso cuando una de ellas se rompe sobre el final “desarumanizado” del film, la decepción invade a cualquier espectador. Se cerró una saga con algunas fallas pero no fallida, a la que cada encuadre de Jackson la convirtió en la más visualmente disfrutable del subgénero trilogías.
Naza Chong.

domingo, enero 04, 2004

Top 5: tv 

1- Los simuladores: 23 puntos.
2- Disputas: 15.
3- Indomables: 11.
4- South Park: 10.
5- Resistiré: 9.
El peor: Videomatch (-3).


María Marta Sosa: 1- El clon. 2- Indomables. 3- Resistiré. 4- E+24. 5- Entre Moria y vos. Lo peor: Videomatch.

Juan P. Martínez: 1- Los simuladores. 2- Gilmore Girls. 3- South Park. 4- El final de Resistiré. 5- Disputas. Lo peor: El show de Videomatch/Sol negro (los primeros capítulos, después no lo vi más).

Juan Manuel Dominguez: 1- South Park. 2- Los simuladores. 3- Indomables. 4- Disputas. 5- La liga de la justicia. Lo peor: La kitchploitation de Muchmusic: Cupido, Cupido teen, Televisión abierta.

Sebastián Nuñez: 1- Los simuladores. 2- Disputas. 3- The Simpsons. 4- South Park. 5- Hablemos de futbol. Lo peor: Los cortos de sedal.

Guido Segal: lo único que más o menos rescato de la tele local es Disputas y Resistiré. El resto es chatarra. Lo peor: Los simuladores.

Agustín Mango: 1- Survivor VI - The Amazon. 2- Six Feet Under. 3- El maratón de todos los capítulos de Seinfeld. 4- El amor según Truffaut en Europa Europa. 5- El efimerísimo programa debate de Lejtman y Longobardi. Lo peor: Lanata y su camarita en "Por qué".

Leandro Rosenzveig: 1- Los simuladores. 2- Curb your enthusiasm. 3- The Simpsons. 4- Futurama. 5- That 70's show. El peor: El de Laje (no recuerdo el nombre).

Santiago García: 1- Los simuladores. 2- La apertura de valijas de Trato hecho. 3- Kevin Bacon en Will and Grace. 4- Feria de antigüedades. 5- El superagente 86 con SAP. Lo peor: Videomatch.

Naza Chong: 1- Dirty Sanchez. 2- Indomables. 3- Disputas. 4- Cuentos de Terror con Alberto Laiseca. 5- Curb Your Enthusiasm. Lo peor: Todo Much Music y Mtv (excepto Dirty Sanchez y Jackass), especialmente I bet you will y Punk'd; Tvr; Cqc; 5ta a fondo.

sábado, enero 03, 2004

Subjetividad de la memoria vs objetividad de la linealidad narrativa 

¿?
CAPRICHOS

Manuales, volúmenes y voces variadas se han hartado de repetir una y otra vez que el cine es un arte del presente. Las imágenes, captadas en un pasado variable, se nos presentan como frescas, novedosas, casi espontáneas. No es mi deseo poner en tela de juicio la validez de esta noción, pero sí cuestionar la idea que esconde detrás; se desprende tácitamente que, si la imagen da la impresión de realidad instantánea, las imágenes como conjunto deben sucederse como un presente progresivo. Así nace la linealidad como forma narrativa y por lo tanto la univosidad de cada plano como parte de un presente que avanza.
Vale la pena entonces cuestionarse: ¿Por qué no descomponer el tiempo lineal, por qué no experimentar más con las posibilidades que nos ofrece el tiempo y la percepción subjetiva que tenemos de él? Sería fructífero tal vez guiarse por las ideas de San Agustín, cuando proclamaba que para que existan el pasado y el futuro debe existir un presente que pasa y los relaciona, por lo que podemos plantear la posibilidad de tres presentes simultáneos: el presente de pasado, el presente de presente y el presente de futuro. En épocas en que el cine reflexionaba con más detalle sobre su esencia y su potencialidad, Alain Resnais y Alain Robbe - Grillet explotaron esta posibilidad magníficamente en El año pasado en Marienbad. Allí elaboraban todo un estudio sobre las capas del pasado y las puntas del presente - en términos de Gilles Deleuze - bastante cercana a Borges y su jardín donde los senderos se bifurcan. La narración no avanza allí linealmente, sino que sucesivamente se abren infinidad de posibilidades sobre un mismo hecho, miles de variantes para un mismo evento: él la conoce a ella, ella nunca lo conoció a él, se vieron, no se vieron, etc. No hay una progresión de hechos sucesivos, sino una simultaneidad de presentes posibles y paralelos, puntas del presente. Tal vez una aplicación más cercana de esta idea es la que realizó Raoul Ruiz en su adaptación proustiana de El tiempo recobrado, donde el pasado vive en forma autónoma; el flashback queda abolido, no se vuelve al pasado a buscar un recuerdo sino que el pasado vive en coexistencia con el presente y el tiempo es una sola masa fluida y subjetiva, el recuerdo contamina la objetividad de las imágenes.
Tal vez otra variante no lineal más que interesante sea la planteada por Fellini en 8 ½. En ese film, el director italiano deja de lado la sucesión de acontecimientos para trabajar con sueños, recuerdos y fantasías que se actualizan unos en otros sin permitir la posibilidad de comprender con seguridad qué está ocurriendo. Esta imagen cristal - donde lo actual y lo virtual son dos caras de una misma imagen y no dejan de confundirse - abre la posibilidad de una narración compleja, ambigua pero sobre todo fascinante.
Es momento oportuno de replantearse la enorme posibilidad que acompaña a la manera no lineal de narrar. Tanto Proust como Joyce, en el gigantesco monólogo interior que conforma el Ulises, han alcanzado inmejorables resultados en literatura; tanto Resnais como Fellini probaron lo magnánimo que puede resultar un cine de múltiples capas simultáneas y subjetivas. Tal vez sea momento de empezar a hacer memoria y adentrarse en caminos aún vírgenes.
Guido Segal.

jueves, enero 01, 2004

Top 5: Discos 

Juan Martínez: 1- Britney Spears: In The Zone. 2- The Wildhearts: The Wildhearts Must Be Destroyed. 3- Rufus Wainwright: Want One. 4- Outkast: Speakerboxxx/The Love Below. 5- Fountains of Wayne: Welcome Interstate Managers. Lo peor (bah, no lo peor sino lo más decepcionante): Radiohead: Hail To The Thief/Babasónicos: Infame.

Agustín Mango: 1- Rufus Wainwright: Want One. 2- The White Stripes: Elephant. 3- La Buena Vida: Album. 4- Babasónicos: Infame. 5- Entre Rios: Completo. Bonus tracks: Talkie Walkie (Air), Ciudadano Toto (Adrian Nievas), Unrest (Erlend Oye), Audiosaludos (Leandro Viernes), Antenna (Jay Jay Johanssen)
El peor: Gustavo Cerati: Siempre es hoy

Nicolás Pichersky: 1- Pequeña Orquesta Reincidentes: Miguita de pan. 2- La Tipica Orquestra de Tango de Juan Cedrón: Nocturna. 3- Stephen Malkmus: Pig Lib. 4- Spiritualized: Amazing Grace. 5- Punch Drunk Love Original Soundtrack. Peor disco del año y desilusión: Belle & Sebastian con Dear Catastrophe Waitress.

María Marta Sosa: 1- Coldplay: A Rush of Blood to the Head. 2- Justin Timberlake: Justified. 3- Miranda!: Es mentira. 4- Madonna: American Life. 5- Café Tacuba: Cuatro caminos.

Sebastián Nuñez: 1- The Mars Volta: De-loused in the cromatorium. 2- The Strokes: Room on fire. 3- Babasónicos: Infame. 4- Kill Bill original soundtrack. 5- Basement Jaxx: Kish Kash.

Juan Manuel Dominguez: 1-The White Stripes: Elephant. 2-Black Rebel Motorcycle
Club: Take them on, on your own
. 3- Rufus Waingwright: Want one. 4- Café Tacuba: Cuatro caminos. 5- Punch Drunk Love: OST. El peor: Let it be...naked.

Santiago García: 1- Real Women Have Curves: Original Motion Picture Sountrack. 2- Bandana: Vivir intentando. 3- Pink: Try this. 4- Kill Bill Vol 1: Original Motion Picture Soundtrack. 5- Vicentico: Vicentico. Peor disco: Los nocheros: Estado Natural.

Naza Chong: 1- Victoria Mil: Este cielo de estrellas caerá. 2- Fantasmagoria: Atravesando el camino (que nos conduce a los otros caminos). 3- Travesti: Axito. 4- Massacre: 12 nuevas patologías. 5- Jaime sin tierra: Tren. Peor: Tan biónica: Wonderful noches. Irregular: Francisco Bochatón: Hasta decir palabra. De afuera: 1- Cat Power: You Are Free. 2- Junior Senior: D-D-Don't Don't Stop the Beat. 3- Frank Black: Show Me Your Tears. 4- Ladytron: Softcore Jukebox. 5- Belle & Sebastian: Dear Catastrophe Waitress/ Bob Log III: Log Bomb. A destiempo: Har Mar Superstar: You Can Feel Me (2002); Scissor Sisters: Scissor Sisters (2004). Peor: The Darkness: Permission to Land. Me gustan un poco menos, quedaron afuera y nadie mencionó: Primal Scream: Dirty Hits; Placebo: Sleeping With Ghosts; British Sea Power: The Decline of...; Electric Six: Fire; Calexico: Feast of Wire; UNKLE: Never, Never, Land; Cosmic Rough Riders: Too Close to See Far; Mogwai: Happy Songs For Happy People...

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