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viernes, abril 30, 2004

¿No sería hermoso? 

Como si fuera la primera vez (50 First Dates, Estados Unidos, 2003). Dirigida por Peter Segal. Con Adam Sandler, Drew Barrymore, Rob Schneider, Sean Astin y Dan Aykroyd.
Ficha técnica.
ESTRENO
Puntaje: 9. En los diarios: Martín Pérez (página/12): ; Diego Lerer (Clarín): 8; Adolfo C. Martínez (La Nación): 6. Metacritic: 46. Rotten Tomatoes: 40%.

Ya muchos sabemos lo que significa Adam Sandler y sus películas para el cine actual. Tanto él como Ben Stiller, Owen Wilson, Jack Black, Will Ferrell, los hermanos Farrelly y siguen las firmas, con sus maravillosas comedias, están haciendo del cine (y del mundo) algo mucho mejor. Lo que resulta terrible y alarmante es cómo se le está dando la espalda a este tipo de películas, en afán de rescatar asuntos más “serios y comprometidos” (aunque muy inferiores en cualquiera de los sentidos posibles), alegando falsamente (basta solo con ver las películas) que es un cine banal, infantil y efímero. Bueno, lamento herir sensibilidades bienpensantes, pero debo decir que este cine suele ser mucho más interesante, suele decir más y mejores cosas sobre el mundo, que todas Las invasiones bárbaras, los 21 gramos, los A los trece del mundo. Lo que estoy diciendo no es nada nuevo, y no soy el primero que lo dice, pero siempre es bueno reiterarlo las veces que sea posible.
Como si fuera la primera vez, nuevo catálogo de desopilancias y dechado de emociones de inconfundible marca Sandler, es un digno exponente de lo antes mencionado. Una comedia romántica con harta cantidad de aquellas dos cosas, aunque tal vez sea la película Sandler con mayor carga emotiva, con mayor romanticismo y, en cierto modo, la más trágica (todo esto si dejamos afuera la obra maestra Embriagado de amor de P.T. Anderson, que si bien toma varios elementos del universo Sandler, no es una “película Sandler” per se). Es que si bien 50 First Dates es una comedia hecha y derecha, con una cantidad infinita de gags que funcionan todos a la perfección y una galería de personajes secundarios desopilantes e inolvidables (uno de ellos es una de las ideas más brillantes que se hayan visto, 10 Second Tom, un hombre que pierde la memoria cada 10 segundos), la tristeza inunda la historia en cada momento, debido a la angustia que genera el hecho de que el protagonista deba enamorar a su amada dia tras día, ya que ella perdió la memoria a corto plazo luego de un accidente y desde ese momento todos sus días son para ella aquel domingo del accidente. Adam y Drew, luego de La mejor de mis bodas, vuelven a confirmar que son la pareja perfecta, además de seguir haciéndonos creer que son las personas más buenas del mundo. Bah, en realidad todos los personajes que habitan la película –este es el primer film Sandler sin villanos- nos hacen creer eso.
Por último, hay un pequeño detalle que salta a la vista en el film. En el comienzo vemos un montaje de muchas chicas a quienes Henry, el protagonista, enamoró para luego abandonar poniendo excusas ridículas debido a su pánico al compromiso, y entre medio de todas esas chicas que cuentan sus andanzas con Henry de repente aparece un hombre. Es la primera vez en un film Sandler que la ambigüedad sexual se da en su propio personaje, ya que en los films anteriores estuvo siempre presente, pero en personajes secundarios. Y tampoco hay que dejar de destacar la hermosa música que inunda la película, que en este caso son versiones reggae de hits ochentosos como Drive de The Cars, Hold Me Now de los Thompson Twins –presente en su versión original en La mejor de mis bodas-, Friday I’m In Love de The Cure y, esta sí en su versión original, aunque también se escuchen sus acordes en la banda de sonido incidental, la inolvidable Wouldn’t It Be Nice? de los Beach Boys, que juega un papel importante en el film. Es por todo esto que 50 First Dates es otra película que reafirma que eso de las comedias es cosa seria.
Juan P. Martínez.

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