jueves, abril 22, 2004
Aquí, allá y en todas partes
6° Bafici. Otro día.
A mansion by the lake (6) de Lester James Peries. De Sri Lanka tenemos una película clásica dramática. Alejándose del campo abyecto de las tv movies de la tarde, se disfruta en pantalla gigante por sus recorridos novelescos pero no termina de cerrar porque se cubre con sus propias contradicciones entre los estratos y las condiciones de vida de diferentes épocas sin dejarse llevar por su fuerza emocional. Por momentos aburre, pero es sólo una ilusión, la del fantasma creativo de sus responsables perdidos en el tiempo.
Control Room (8) de Jehane Noujaim. Esta vez, la directora de la interesante startup.com nos propone ingresar a Al Jazeera (el canal de cable de noticias del mundo árabe) en medio de la guerra de Irak. Los árabes trabajando en su canal y mostrando su visión de la realidad: no son todos religiosos, no son todos fundamentalistas, pero tienen ideas bastantes diferentes a sus pares de occidente que sólo se permiten estar del mismo lado cuando uno de los periodistas de Al Jazeera muere en manos de un misil norteamericano. Impresionante ver en planos generales del juego mediático y desfachatado creado por los políticos y periodistas americanos que termina con la puesta de Bush bajando de un superavión con su perrito en territorio enemigo y dando su discurso de victoria. Una luz brillante sobre la oscuridad de la que son responsables los medios del mundo para mostrar una guerra.
Wild side (8) de Sébastien Lifshitz. La película muestra en tono intimista un triangulo amoroso que desde el vamos resulta polémico y trasgresor: Una travesti y dos homosexuales. Pero el director no toma el camino fácil y no utiliza a los personajes para impactar deliberadamente de acuerdo a sus elecciones sexuales. Juega con el entrecruzamiento de sus cuerpos y almas como una cadena de ADN. La excusa es formar, a partir del pasado, el presente o dejar establecido un cambio a partir de un devenir voluntario.
Leandro Rosenzveig.
A mansion by the lake (6) de Lester James Peries. De Sri Lanka tenemos una película clásica dramática. Alejándose del campo abyecto de las tv movies de la tarde, se disfruta en pantalla gigante por sus recorridos novelescos pero no termina de cerrar porque se cubre con sus propias contradicciones entre los estratos y las condiciones de vida de diferentes épocas sin dejarse llevar por su fuerza emocional. Por momentos aburre, pero es sólo una ilusión, la del fantasma creativo de sus responsables perdidos en el tiempo.
Control Room (8) de Jehane Noujaim. Esta vez, la directora de la interesante startup.com nos propone ingresar a Al Jazeera (el canal de cable de noticias del mundo árabe) en medio de la guerra de Irak. Los árabes trabajando en su canal y mostrando su visión de la realidad: no son todos religiosos, no son todos fundamentalistas, pero tienen ideas bastantes diferentes a sus pares de occidente que sólo se permiten estar del mismo lado cuando uno de los periodistas de Al Jazeera muere en manos de un misil norteamericano. Impresionante ver en planos generales del juego mediático y desfachatado creado por los políticos y periodistas americanos que termina con la puesta de Bush bajando de un superavión con su perrito en territorio enemigo y dando su discurso de victoria. Una luz brillante sobre la oscuridad de la que son responsables los medios del mundo para mostrar una guerra.
Wild side (8) de Sébastien Lifshitz. La película muestra en tono intimista un triangulo amoroso que desde el vamos resulta polémico y trasgresor: Una travesti y dos homosexuales. Pero el director no toma el camino fácil y no utiliza a los personajes para impactar deliberadamente de acuerdo a sus elecciones sexuales. Juega con el entrecruzamiento de sus cuerpos y almas como una cadena de ADN. La excusa es formar, a partir del pasado, el presente o dejar establecido un cambio a partir de un devenir voluntario.
Leandro Rosenzveig.