miércoles, mayo 05, 2004
Saura, con S de Subiela
Buñuel y la mesa del rey Salomón (España, 2001). Dirigida por Carlos Saura. Con El Gran Wyoming, Peré Arquillé, Ernesto Alterio, Jean-Claude Carriére, Adrián Collado. Ficha técnica.
ESTRENO
Puntaje: 1
En el final de su carrera, Luis Buñuel se entera de la existencia de la mesa del Rey Salomón, objeto históricamente disputado por árabes, cristianos y judíos que tiene la característica de predecir el futuro. O algo así. A partir de ese momento, Buñuel decide hacer una película sobre la búsqueda de ese preciado objeto. Los protagonistas de ese imaginario film serán el propio director aragonés, Salvador Dalí y Federico García Lorca, quienes, todavía jóvenes en el año 2002, recorrerán Toledo en busca de la dichosa mesa. Esto que estoy contando, no sin un dejo de vergüenza, es la excusa argumental de la película de Carlos Saura, de quien resulta imposible decir algo novedoso. Supuestamente se trata de un homenaje a Buñuel y sus compañeros, a ciertos aspectos de la cultura española, al surrealismo y a Toledo. Quién sabe a qué más. Entre decorados y secuencias surrealistas (bah, que intentan serlo), citas obvias para todos los gustos (particularmente vergonzosa es aquella en la que Dalí se pone un lente de contacto en un plano similar al famoso de Un perro andaluz) y los diálogos más estúpidos que se puedan imaginar transcurre este relato que se pretende de aventuras al mismo tiempo que onírico y que se parece mucho a esos mamarrachos de Eliseo Subiela. Saura tiene el atrevimiento de imaginar lo que hubiera hecho Buñuel si se hubiera enterado de la historia de la Mesa del rey Salón y pretende que creamos que el creador de tantas obras maestras hubiera hecho algo parecido a esto. Buñuel es uno de los grandes de la historia del cine y del arte del siglo xx. Saura es un irrespetuoso.
La película se proyecta en DVD en el cine Cosmos y algún otro lugar.
Sebastián Nuñez.
ESTRENO
Puntaje: 1
En el final de su carrera, Luis Buñuel se entera de la existencia de la mesa del Rey Salomón, objeto históricamente disputado por árabes, cristianos y judíos que tiene la característica de predecir el futuro. O algo así. A partir de ese momento, Buñuel decide hacer una película sobre la búsqueda de ese preciado objeto. Los protagonistas de ese imaginario film serán el propio director aragonés, Salvador Dalí y Federico García Lorca, quienes, todavía jóvenes en el año 2002, recorrerán Toledo en busca de la dichosa mesa. Esto que estoy contando, no sin un dejo de vergüenza, es la excusa argumental de la película de Carlos Saura, de quien resulta imposible decir algo novedoso. Supuestamente se trata de un homenaje a Buñuel y sus compañeros, a ciertos aspectos de la cultura española, al surrealismo y a Toledo. Quién sabe a qué más. Entre decorados y secuencias surrealistas (bah, que intentan serlo), citas obvias para todos los gustos (particularmente vergonzosa es aquella en la que Dalí se pone un lente de contacto en un plano similar al famoso de Un perro andaluz) y los diálogos más estúpidos que se puedan imaginar transcurre este relato que se pretende de aventuras al mismo tiempo que onírico y que se parece mucho a esos mamarrachos de Eliseo Subiela. Saura tiene el atrevimiento de imaginar lo que hubiera hecho Buñuel si se hubiera enterado de la historia de la Mesa del rey Salón y pretende que creamos que el creador de tantas obras maestras hubiera hecho algo parecido a esto. Buñuel es uno de los grandes de la historia del cine y del arte del siglo xx. Saura es un irrespetuoso.
La película se proyecta en DVD en el cine Cosmos y algún otro lugar.
Sebastián Nuñez.