martes, mayo 11, 2004
Sus mundos privados
Elefante (Elephant, Estados Unidos, 2003). Dirigida por Gus Vant Sant.
ESTRENO
Puntaje: 10
Rumbo al colegio, cargado de armas, Alex le dice a su amigo Eric: "Lo más importante es que te diviertas". Ya no habrá vuelta atrás, el universo idílico de la High School americana y su opresivo funcionamiento será quebrado por dos adolescentes que encuentran en la violencia la manera de salir del lugar al que quedaron relegados. Este es el comienzo del final de Elefante, la película con la que Gus Vant Sant vuelve a su mejor forma. Tomando como punto de partida el universo de la escuela secundaria con sus estereotipos y clisés (reconocibles para cualquier espectador) GVS construye una representación del mundo real haciendo foco en la violencia escolar cuyo caso emblemático es la masacre de Columbine. Sirviéndose de extensos planos secuencia, GVS sigue a sus personajes bien de cerca para hacernos conocer el interior de esa escuela donde, sin que nadie pueda sospecharlos, irrumpirá el horror. Cada uno de los chicos que GVS sigue tiene su propio mundo, desde el chico que debe lidiar con el alcoholismo de su padre y la incomprensión del director de la escuela hasta la chica que no quiere sacarse el pantalón largo en la clase de gimnasia hay una gran cantidad de pequeños mundos ignorados que por ser adolescentes no son tomados en serio pese a la complejidad que presentan. El uso de los estereotipos, debajo de los cuales pueden fluir ternura, dolor, tristeza, insatisfacción, frustración y violencia, sirven en Elefante para dejar al descubierto el orden oculto de un sistema que privilegia en exceso la imagen (esa que es impuesta desde afuera, la que impide ver, justamente, al elefante). Parecer en lugar de ser es la consigna de ese sistema que asigna a cada individuo un lugar determinado e inamovible, dejando a la violencia como el único factor posible de desequilibrio. Ese es el sistema que GVS desnuda mediante su arriesgada e irreprochable apuesta cinematográfica a la vez que se abstiene de dar mensajes y respuestas bienpensantes. Elefante es la puesta en imágenes y sonidos del horror que puede generar ese perverso orden que es asimilado de la misma manera que se asimilan los estereotipos juveniles sin que nadie se pregunte por lo que hay debajo de ellos. Y esas imágenes y sonidos (claros, despojados, honestos) llevan la angustia y el dolor de un contenido grito adolescente.
Sebastián Nuñez.
ESTRENO
Puntaje: 10
Rumbo al colegio, cargado de armas, Alex le dice a su amigo Eric: "Lo más importante es que te diviertas". Ya no habrá vuelta atrás, el universo idílico de la High School americana y su opresivo funcionamiento será quebrado por dos adolescentes que encuentran en la violencia la manera de salir del lugar al que quedaron relegados. Este es el comienzo del final de Elefante, la película con la que Gus Vant Sant vuelve a su mejor forma. Tomando como punto de partida el universo de la escuela secundaria con sus estereotipos y clisés (reconocibles para cualquier espectador) GVS construye una representación del mundo real haciendo foco en la violencia escolar cuyo caso emblemático es la masacre de Columbine. Sirviéndose de extensos planos secuencia, GVS sigue a sus personajes bien de cerca para hacernos conocer el interior de esa escuela donde, sin que nadie pueda sospecharlos, irrumpirá el horror. Cada uno de los chicos que GVS sigue tiene su propio mundo, desde el chico que debe lidiar con el alcoholismo de su padre y la incomprensión del director de la escuela hasta la chica que no quiere sacarse el pantalón largo en la clase de gimnasia hay una gran cantidad de pequeños mundos ignorados que por ser adolescentes no son tomados en serio pese a la complejidad que presentan. El uso de los estereotipos, debajo de los cuales pueden fluir ternura, dolor, tristeza, insatisfacción, frustración y violencia, sirven en Elefante para dejar al descubierto el orden oculto de un sistema que privilegia en exceso la imagen (esa que es impuesta desde afuera, la que impide ver, justamente, al elefante). Parecer en lugar de ser es la consigna de ese sistema que asigna a cada individuo un lugar determinado e inamovible, dejando a la violencia como el único factor posible de desequilibrio. Ese es el sistema que GVS desnuda mediante su arriesgada e irreprochable apuesta cinematográfica a la vez que se abstiene de dar mensajes y respuestas bienpensantes. Elefante es la puesta en imágenes y sonidos del horror que puede generar ese perverso orden que es asimilado de la misma manera que se asimilan los estereotipos juveniles sin que nadie se pregunte por lo que hay debajo de ellos. Y esas imágenes y sonidos (claros, despojados, honestos) llevan la angustia y el dolor de un contenido grito adolescente.
Sebastián Nuñez.