domingo, agosto 17, 2003
Malcolm xXx
Agente Cody Banks, súper espía (Agent Cody banks, Estados Unidos, 2003). Dirigida por Harald Zwart. Ficha técnica
ESTRENO
Puntaje: 2
Agente Cody Banks, súper espía condesciende como relleno de las arcas de la novedad antigua en el subgénero espías. Aquel lugar en el que James Bond clavo su banderín declarando como raza y base sus estructuras narrativas, estableciendo las características fundamentales que hacen de un espía tal: una chica, un villano, salvar el mundo (previo recorrido del mismo) y gadgtes ( lujitos de la onda Lapicera-Lanzallamas, Medias-Paracaídas). Tales aggiornamientos serían un dogma a seguir durante mucho tiempo hasta la llegada de una rimbombancia cultural bien peluda: Austin Powers. El personaje de Mike Myers se convirtió en epidemia y desde entonces está lloviendo espías de todas formas y tamaños, desde Vin Diesel a Rowan Atkinson .
La fantasía de ayer y hoy que es Mini espías de Robert Rodríguez muestra en forma colosal la imaginación sin topes y la aventura desenfrenada. Su antónimo es un James Bond púber y sin chapa que trabaja para la CIA y debe salvar el mundo, donde no sólo se utilizan los recursos de aquel que sirve a su majestad sino que se los linkea al universo de Rodríguez. Pero la conexión que utiliza es una falsificación millonaria que copia a ojo lo que nace de las ideas, de la imaginación. Agente Cody Banks, súper espía atrasa en tiempo, fotocopia conceptos y jamás logra el encanto de su obvia génesis. La película de Harald Zwart languidece ante un protagonista como Frankie Muniz, una teen-fatale como Hilary Duff y un bellaco seco en características y triunfos. No existe talento u originalidad alguna, la cámara se pierde todos los momentos que pueden llegar a dar valor neto y plagia (mal) a los que sirven para masticar el tiempo. Cada gadget parece salido de la mezcla entre una heladera y dos aletas mientras que en Rodríguez parecen nacidas de cualquier aventura de superhéroe. El encanto, la aventura, la comedia y la falta absoluta de ideas para construirlas, las convierte en supernovas en ausencia . Agente Cody Banks, súper espía minúscula y pintada del modo mas tosco posible, igual que un pochoclo Josecito afuera del paquete.
Juan Manuel Domínguez.
ESTRENO
Puntaje: 2
Agente Cody Banks, súper espía condesciende como relleno de las arcas de la novedad antigua en el subgénero espías. Aquel lugar en el que James Bond clavo su banderín declarando como raza y base sus estructuras narrativas, estableciendo las características fundamentales que hacen de un espía tal: una chica, un villano, salvar el mundo (previo recorrido del mismo) y gadgtes ( lujitos de la onda Lapicera-Lanzallamas, Medias-Paracaídas). Tales aggiornamientos serían un dogma a seguir durante mucho tiempo hasta la llegada de una rimbombancia cultural bien peluda: Austin Powers. El personaje de Mike Myers se convirtió en epidemia y desde entonces está lloviendo espías de todas formas y tamaños, desde Vin Diesel a Rowan Atkinson .
La fantasía de ayer y hoy que es Mini espías de Robert Rodríguez muestra en forma colosal la imaginación sin topes y la aventura desenfrenada. Su antónimo es un James Bond púber y sin chapa que trabaja para la CIA y debe salvar el mundo, donde no sólo se utilizan los recursos de aquel que sirve a su majestad sino que se los linkea al universo de Rodríguez. Pero la conexión que utiliza es una falsificación millonaria que copia a ojo lo que nace de las ideas, de la imaginación. Agente Cody Banks, súper espía atrasa en tiempo, fotocopia conceptos y jamás logra el encanto de su obvia génesis. La película de Harald Zwart languidece ante un protagonista como Frankie Muniz, una teen-fatale como Hilary Duff y un bellaco seco en características y triunfos. No existe talento u originalidad alguna, la cámara se pierde todos los momentos que pueden llegar a dar valor neto y plagia (mal) a los que sirven para masticar el tiempo. Cada gadget parece salido de la mezcla entre una heladera y dos aletas mientras que en Rodríguez parecen nacidas de cualquier aventura de superhéroe. El encanto, la aventura, la comedia y la falta absoluta de ideas para construirlas, las convierte en supernovas en ausencia . Agente Cody Banks, súper espía minúscula y pintada del modo mas tosco posible, igual que un pochoclo Josecito afuera del paquete.
Juan Manuel Domínguez.