sábado, mayo 15, 2004
La dolce Diane
Bajo el sol de Toscana (Under the Tuscan Sun, Estados Unidos/Italia, 2003). Dirigida por Audrey Welles. Con Diane Lane, Lindsay Duncan, Sandra Oh, Raoul Bova y Mario Monicelli. Ficha técnica. Sitio oficial.
ESTRENO
Puntaje: 4. En los diarios: Hugo Caligaris (La Nación): 6, Martín Pérez (Página/12), Pablo 0. Scholz (Clarín): 4, Paraná Sendrós (Ámbito Financiero): 4. Metacritic: 49. Rotten tomatoes: 62%.
Por alguna extraña razón a Diane Lane le atrajo el rol protagónico de Bajo el sol de Toscana. El brillo de la caracterización de ese personaje es inversamente proporcional al resplandor de Diane cada vez que aparece en pantalla. Es raro ver que el protagónico es el personaje de mayor chatura en todo el film. Uno de los personajes secundarios con sólo temblar en vez de responder cada vez que alguien se dirige a él parece tener mayor profundidad. En ese resplandor de Lane y en algunos de esos personajes que la rodean es donde se puede encontrar armas para combatir la desidia que producen las casi dos horas de película. Una mujer que no puede parar de citar a Fellini (fefé para ella), que usa unos sombreros de los más llamativos sin importar que sean enormes y que cuando está en pedo se mete en una fuente para imitar a Anita Ekberg en La Dolce Vita se merecía un protagónico. Pero no. Y dale con la escritora mediocre en un pozo depresivo por su reciente separación que quiere cambiar su vida y encontrar su significado y para eso se va a vivir a Europa. Podría haber sido mucho más porque a Lane se la desperdicia o muchísimo menos sin la presencia de Diane, pero también hay algún que otro chistecito para arrancar una tibia sonrisa. Ya es un lugar común agarrársela con las películas intrascendentes para reclamar por ese cine que las distribuidoras no dejan ver en pantalla grande, pero Bajo el sol de Toscana hace méritos suficientes para que termine así este texto.
Naza Chong.
ESTRENO
Puntaje: 4. En los diarios: Hugo Caligaris (La Nación): 6, Martín Pérez (Página/12), Pablo 0. Scholz (Clarín): 4, Paraná Sendrós (Ámbito Financiero): 4. Metacritic: 49. Rotten tomatoes: 62%.
Por alguna extraña razón a Diane Lane le atrajo el rol protagónico de Bajo el sol de Toscana. El brillo de la caracterización de ese personaje es inversamente proporcional al resplandor de Diane cada vez que aparece en pantalla. Es raro ver que el protagónico es el personaje de mayor chatura en todo el film. Uno de los personajes secundarios con sólo temblar en vez de responder cada vez que alguien se dirige a él parece tener mayor profundidad. En ese resplandor de Lane y en algunos de esos personajes que la rodean es donde se puede encontrar armas para combatir la desidia que producen las casi dos horas de película. Una mujer que no puede parar de citar a Fellini (fefé para ella), que usa unos sombreros de los más llamativos sin importar que sean enormes y que cuando está en pedo se mete en una fuente para imitar a Anita Ekberg en La Dolce Vita se merecía un protagónico. Pero no. Y dale con la escritora mediocre en un pozo depresivo por su reciente separación que quiere cambiar su vida y encontrar su significado y para eso se va a vivir a Europa. Podría haber sido mucho más porque a Lane se la desperdicia o muchísimo menos sin la presencia de Diane, pero también hay algún que otro chistecito para arrancar una tibia sonrisa. Ya es un lugar común agarrársela con las películas intrascendentes para reclamar por ese cine que las distribuidoras no dejan ver en pantalla grande, pero Bajo el sol de Toscana hace méritos suficientes para que termine así este texto.
Naza Chong.