<$BlogRSDUrl$>

domingo, octubre 05, 2003

Los idiotas 

Bad Boys II: Vuelven mas rebeldes (Bad Boys II, EE.UU, 2003). Dirigida por Michael Bay. Con Will Smith, Martin Lawrence y Jordi Molla.
Ficha técnica.
ESTRENO
Puntaje: 1. En los diarios: Diego Curubeto (Ambito Financiero): 6; Aníbal M. Vinelli (Clarín): 2; Adolfo C. Martínez (La Nación): 4.

Que una película de Michael Bay nos resulte una superficialidad bruta, un manifiesto de lo peor del cine, o lisa y llanamente, una película estúpida, no es nada realmente nuevo bajo el sol. Pearl Harbor nos había llevado al extremo con sus postales patrióticas en movimiento, su narrativa de jardín de infantes y sus one liners efectistas en el peor sentido de la palabra. Pero, paradójicamente, es en este paquete cinematográfico de humor + acción donde las bases nefastas (en sentido ideológico y cinematográfico) de Bay se nos muestran en toda su dimensión. Machista, homofóbica, reaccionaria, falsa, todos estos adjetivos bien podrían acompañar a esta excusa para secuencias de persecuciones y primeros planos digitalizados de balas entrando en cabezas.
Más allá del sustento ideológico de Bad Boys II, su condena al abismo no está dada por el contenido de ésta (que entre cosas incluye la invasión a una Cuba gobernada por el narcotráfico), o porque el modo de escupirla al espectador sea la manipulación grosera de la verdad y la verosimilitud. Incluso dejando esto de lado, es la razón propia de un bloque de concreto con el que la película avanza la que constituye una agresión directa hacia un público menospreciado y tomado por imbécil.
El débil argumento que dice no pedirle peras al olmo, por el cual esta película sólo pretendería entregar espectaculares secuencias de acción, alguna que otra historia de amor, y un par de escenas cómicas (de mano de Martin Lawrence, el peor comediante que haya en el cine) se cae por su propio peso, ya que todo aquello es efectivamente entregado, pero de la forma cinematográfica más despreciativa y vacía, confundiendo narrativamente medios con fines, e incluso eliminando los primeros, operación que invade también la trama misma, y visible en la orden que el jefe da a sus bad boys: “saquen a estos animales de la calle, no importa cómo” (más gráfico aún es el hecho de que el subtitulado iguale “animales” a “criminales”). Pero si de fines se trata, el hecho de que la base de Guantánamo (actualmente el reino de la irracionalidad y la hipocresía) sea la salvación final de los héroes habla de una intencionalidad clara y concreta, que usa el manto de superficialidad con el que se cubre como un explosivo disfraz.
Agustín Mango.

This page is powered by Blogger. Isn't yours?

Listed on BlogShares