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viernes, septiembre 26, 2003

Rainy Days and Madness 

Superstar: the Karen Carpenter Story (Estados Unidos, 1987). Dirigida por Todd Haynes.
Click para guardar el corto en formato mpeg o verlo en formato Real. Ficha técnica.
CAPRICHOS
Puntaje: 10

Antes de los colores intensos y las lentejuelas, en la prehistoria del universo Haynes, sendas muñecas Barbie marcaron el camino. Sin dudas, sin titubeos, Haynes dibujó desde el amanecer de su carrera una línea de coherencia asombrosa, signada por esas constantes que levantan a su obra por sobre la medianía del cine norteamericano actual: el gusto extremo por el artificio, la tendencia al melodrama más recargado, la música como estética e influencia o la cinefilia más refinada.
Superstar condensa en 43 minutos todo el imaginario Haynes con una destreza y una carga adrenalínica tal que cuesta creer que pertenezca a un período anterior a Safe o Velvet Goldmine. Si Lejos del Paraíso toma el gran riesgo de retomar a Douglas Sirk en toda su dimensión, sin descuidar las tonalidades ni el juego de espejos, pero sobre todo sin recurrir ni por un segundo a la ironía distanciadora, Superstar eleva este homenaje a la enésima potencia, narrando con total seriedad la sirkiana decadencia de Karen Carpenter. Y eso que lo que vemos son figuras inanimadas, pero no de cualquier tipo, sino aquellas que representan la felicidad del ideal norteamericano por excelencia: las Barbies.
En el fondo, Haynes no hace otra cosa que hablar del sueño americano y supersonificación en la imagen del adolescente perfecto. O, si se quiere, el lugar que le corresponde a la inocencia de los años cincuenta en los decadentes sesentas, donde Vietnam, las drogas y la hipocresía nixoniana desangraron a una nación. Karen Carpenter es la inocencia hecha carne y paga el precio no sólo de un medio perverso sino de tiempos viciados. En este marco de un personaje agobiado por su entorno – luego inmortalizado en el rostro hermético de Jualianne Moore en las películas ya mencionadas – Haynes elige, como ya es costumbre, recursos impecables para transmitir su idea: manipula un híbrido de imágenes granulosas en video , material de archivo, entrevistas callejeras y desfile de muñecos, injertando en él un constante choque entre imagen y sonido, que incluso llegan a superponerse en un cóctel hiperquinético. Todo en Haynes apunta a crear el ambiente propicio para hacernos entender, de una vez por
todas, que el glamour es un reino hermoso pero efímero.
Guido Segal.

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