miércoles, septiembre 17, 2003
Básico y letal
The White Stripes: I just don´t know what to do with myself. Click para ver el video en formato Real high Click para low. Dirigido por Sofia Coppola. Página Web oficial. Del disco Elephant (V2/SUM Records, 2003).
VIDEOCLIP
Puntaje: 8
No es la primera vez que alguien realiza un cover de I Just don’t know what to do with myself de Burt Bacharach (sí, ese que toca el piano en Austin Powers: Goldmenber), pero seguro que la versión de The White Stripes es la que mejor suena y, desde ahora, la que mejor se ve. The White Stripes es el binomio conformado por Meg y Jack White, dos seres en blanco y rojo que con su ultimo trabajo, Elephant, se adueñaron de los mas añejos y básicos sonidos (blues, rock,glam, soul, folk) para lograr rock en pura efervescencia. En I just… se oye el blues a la Jack White. Es que en los Stripes todo se trastorna para retomar su origen, todo se aviva en guitarras que truenan dentro de espacios cerrados con ecos de Stooges saborizados sin pop, unos Who más hard de lo que ellos se creían o unos Buzzcocks haciendo covers de los Sex Pistols. Los Stripes se jactan de su sonido a tierra y radical que no usa computadoras (detalle snob aclarado en el booklet de Elephant) y así su interpretación áspera con aires de espontaneidad será reflejada en la mayoría de sus vídeos. I just dont know what to do with myself abraza la cruda nobleza con dos armas que funden el calor mismo, la gran Kate Moss y un noble caño, de esos donde la trascendencia se da por el movimiento. Moss es amiga de nuestro camp-eón favorito Har Mar, al parecer tomó unas clases (yeah, seguro que las necesita) con aquella gran bestia-pop y se despliega en la pantalla usando la exaltación como instrumento y sonido. La directora Sofia Coppola (Las vírgenes suicidas) adopta la esencia de cuanto menos, mejor de la cual los Stripes abusan y elimina el color para que solo las formas ocupen el espacio. Moss inicia su meneo, despacio en blanco y negro, semidesnuda sobre una caja, haciendo de cada acorde un golpe visual y aprovechando los vientos de semejantes guitarras se levanta para dirigirse hacia el caño en cuestión. Y allí donde explota la melodía, donde el estribillo reacciona, el cuerpo de Moss es artillería pesada y en clave de (des)controlado frenesí hipnotiza en cada plano, que son pocos aunque minuciosamente hilvanados por Coppola. La violencia del cuerpo de la modelo es el correlato exacto de lo Stripes y su crudeza, el de una reconstrucción simple y directa del sonido aunque en este caso tal operación se da en la imagen. Moss es convertida, gracias a Coppola, en música para los ojos.
Juan Manuel Domínguez.
VIDEOCLIP
Puntaje: 8
No es la primera vez que alguien realiza un cover de I Just don’t know what to do with myself de Burt Bacharach (sí, ese que toca el piano en Austin Powers: Goldmenber), pero seguro que la versión de The White Stripes es la que mejor suena y, desde ahora, la que mejor se ve. The White Stripes es el binomio conformado por Meg y Jack White, dos seres en blanco y rojo que con su ultimo trabajo, Elephant, se adueñaron de los mas añejos y básicos sonidos (blues, rock,glam, soul, folk) para lograr rock en pura efervescencia. En I just… se oye el blues a la Jack White. Es que en los Stripes todo se trastorna para retomar su origen, todo se aviva en guitarras que truenan dentro de espacios cerrados con ecos de Stooges saborizados sin pop, unos Who más hard de lo que ellos se creían o unos Buzzcocks haciendo covers de los Sex Pistols. Los Stripes se jactan de su sonido a tierra y radical que no usa computadoras (detalle snob aclarado en el booklet de Elephant) y así su interpretación áspera con aires de espontaneidad será reflejada en la mayoría de sus vídeos. I just dont know what to do with myself abraza la cruda nobleza con dos armas que funden el calor mismo, la gran Kate Moss y un noble caño, de esos donde la trascendencia se da por el movimiento. Moss es amiga de nuestro camp-eón favorito Har Mar, al parecer tomó unas clases (yeah, seguro que las necesita) con aquella gran bestia-pop y se despliega en la pantalla usando la exaltación como instrumento y sonido. La directora Sofia Coppola (Las vírgenes suicidas) adopta la esencia de cuanto menos, mejor de la cual los Stripes abusan y elimina el color para que solo las formas ocupen el espacio. Moss inicia su meneo, despacio en blanco y negro, semidesnuda sobre una caja, haciendo de cada acorde un golpe visual y aprovechando los vientos de semejantes guitarras se levanta para dirigirse hacia el caño en cuestión. Y allí donde explota la melodía, donde el estribillo reacciona, el cuerpo de Moss es artillería pesada y en clave de (des)controlado frenesí hipnotiza en cada plano, que son pocos aunque minuciosamente hilvanados por Coppola. La violencia del cuerpo de la modelo es el correlato exacto de lo Stripes y su crudeza, el de una reconstrucción simple y directa del sonido aunque en este caso tal operación se da en la imagen. Moss es convertida, gracias a Coppola, en música para los ojos.
Juan Manuel Domínguez.