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lunes, septiembre 29, 2003

El director que nunca estuvo 

Nowhere (Italia/España/Argentina, 2003). Dirigida por Luis Sepúlveda. Con Leonardo Sbaraglia, Daniel Fanego, Jorge Perugorría, Harvey Keitel y Angela Molina.
Ficha técnica.
ESTRENO
Puntaje: 1. En los diarios: Martín Pérez (Página/12): -; Aníbal M. Vinelli (Clarín): 2; Fernando López (La Nación): 4; Diego Curubeto (Ambito Financiero): 2.

Es muy fácil destruir una película como esta. El problema es que no queda otra. Es aburrida, caótica, desordenada, permanentemente víctima de sus propios errores y especialmente acéfala. ¿Dónde estaba el director mientras se filmaba?
En Nowhere, los militares de turno secuestran a cinco hombres en un supuesto Santiago (de Chile), luego los llevan a un lugar cercano a Salta (en Argentina) donde viven un extraño confinamiento con libertades y prohibiciones en el que nunca quedan claros los límites. Por otro lado están dos hombres y una mujer que intentan rescatarlos. Todo esto contado en uno de los peores montajes paralelos jamás creados.
Harvey Keitel es uno de los rescatadores, en un papel bizarro por el que aún debe estar golpeándose la cabeza contra la pared al haber participado en este mamarracho. Es que Harvey parece sacado de un museo de cera, con el espantoso doblaje sobre su boca y la molestia constante de sus citas. Aparentemente vive una historia de amor y en la despedida, que pretende ser emocionante, le dice a la chica en cuestión “te esperaré en algún lugar del mundo entre la noche y el día”. Algo tan fuera de lugar por lo pasado (o sea, nada) que causa gracia.
La película parece avecindarse en los campos de detenidos ilegalmente en la última dictadura chilena, pero también pasea por Argentina creando una interacción innecesaria y confusa. Hay personajes de distintos países, con diferentes tonos que confunden y molestan permanentemente como si fuese una gran feria de los inmigrantes. El director muestra un nihilismo total hacia las diferentes voces de los hispano parlantes. Se notan las buenas intenciones que tiene el escritor/director Luis Sepúlveda y probablemente pudo haberse expresado muy bien sobre todos estos temas en sus libros, pero al hacer este bodrio horrendo está claro que no tiene idea de lo que es el cine.
Leandro Rosenzveig.

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