<$BlogRSDUrl$>

lunes, septiembre 29, 2003

Todos juntos 

Che vo cachai (Argentina, 2002). Dirigida por Laura Bondarevsky.
Ficha técnica.
ESTRENO
Puntaje: 8. En los diarios: Martín Pérez (Página/12): 6; Adolfo C. Martínez (La Nación): 6; Aníbal M. Vinelli (Clarín): 6.

No sorprende saber que Laura Bondarevsky tiene 23 años al notar la frescura que tiene Che vo cachai, pero sí que haya logrado un film con la madurez suficiente como para no caer en los tres principales problemas que aquejan a los documentales que involucran a represores y desaparecidos. En los primeros minutos del film se percibe que dejó atrás el primer obstáculo con holgura: Che vo cachai chorrea preocupación por la estilización de la imagen. Bondarevsky no hizo suya la premisa “lo único que importa es la historia” y cambia de registros estilísticos constantemente. De imágenes en super 8 pasa a un travelling “loopeado” por un pasillo y desde el vértigo y la improvisación en un enfrentamiento con un dentista represor se va hasta momentos que denotan una planificación puesta en función de lo visual, como la proyección de imágenes sobre un cuerpo. Algunas ideas visuales funcionan mucho mejor que otras, pero indudablemente existe una saludable preocupación por realizar un trabajo digno con la imagen en un documental que, al aglutinar las historias de integrantes de las distintas organizaciones de H.I.J.O.S. de Argentina, Uruguay y Chile conlleva la tentación de dejar que la historia se lleve todo por delante.
Hace menos de un mes se estrenó Sol de noche, un documental que terminaba con un plano de Olga, la protagonista, “marchando sola como cada jueves”, según repetía incansablemente la voz de Eduardo Aliverti. En ese plano se resumen los otros dos inconvenientes que sortea Bondarevsky al no apelar nunca a los golpes bajos ni a una voz en off redundante. Sin embargo, el punto más interesante del film es que nace contando tres historias, pero éstas se multiplican con el correr de los minutos. Las historias de Raquel, Lena y Alejandra son atrapantes, pero no eclipsan la aparición del resto de los integrantes de cada grupo. En los momentos en que se discuten distintas visiones dentro de las organizaciones, los personajes adquieren matices a través de los diálogos, que también hacen crecer la sensación de intimidad. Bondarevsky apuesta en su ópera prima a una generación con memoria, aún con los hechos que ocurrieron antes de que algunos protagonistas nazcan, por eso en el inicio del film se juega por la próxima generación, la de los nietos, contrastándola en color con una seguidilla de imágenes de archivo, y les dedica a ellos los últimos planos. Ella sabe que serán los encargados de mantener en la sociedad la memoria.
Naza Chong.

This page is powered by Blogger. Isn't yours?

Listed on BlogShares