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lunes, octubre 20, 2003

¡Por Tutatis! 

Lección de honor (The emperor´s club, EEUU, 2003) Dirigida por Michael Hoffman. Con Kevin Kline, Emile Hirsch, Embeth Davidtz, Rob Morrow y Edward Herrmann.
Ficha técnica.
ESTRENO
Puntaje: 5. En los diarios: Martín Pérez (Página/12): 5; Aníbal M. Vinelli (Clarín): 4; Adolfo C. Martínez (La Nación): 6.

Estamos en la decimoquinta película ocupada por maestros y alumnos. Toda película de este género está ocupada por sensiblerías pacatas entre alumnado y el docente... ¿Toda? ¡No! Una pequeña película poblada por un irreductible actor resiste todavía y por un rato al invasor. Y la vida no es fácil para las guarniciones (fritas) de película del género en los reducidos y sosos campamentos de Al maestro con cariño, La sociedad de los poetas muertos, Mentes peligrosas...
Lección de honor, queridos galos, es, muy a su pesar, otro eslabón sin lujo de la cadena electrodoméstica compuesta por estudiantes con (c)alma de campeón y el mecha-hiper-maestro imbatible en plan 9 del espacio semestral. Pero a pesar de funcionar en el mismo enchufe que las demás excusas de aquella relación simbiótica, Lección de honor esquiva los pozos que han quedado en el camino para lograr una película que, al menos, desarticula un poco todo aquello que la sensiblería podría haber llevado a recorrer. Aunque vale decir que aquel ejercicio parece una gota de poción mágica frente a un Obelix de moralina sin azúcar que el film de Michael Hoffmann profesa. Kevin Kline, aquel que crece con cariño sin importar el bodrio que protagoniza, es William Hundert, un profesor que enseña historia griega y romana; que frente a la llegada de un pobre chico rico sucumbe ante el encanto de sus vacíos emocionales y le juega todas las fichas a aquel. Rebelde sin aliento será este alumnito que ve Godard, escucha a Dylan y lee porno, o como crear rebeldía de oído. En el momento más crucial de la relación es donde se ve que alguien cambió en algún parque Rivadavia Hollywoodense el "Manual Hágalo usted mismo, películas de moral que no muerden" por "Todo lo que usted debe hacer en una película de estas, con silenciador y que jamás se animó a registrar". Y encima dicen, ferpectamente clarito, que Julio Cesar era un ejemplo de persona. Y sí, están locos estos norteamericanos.
Juan Manuel Dominguix.

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