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miércoles, octubre 29, 2003

Puro humo 

Nicotina (México/Argentina/España, 2003) Dirigida por Hugo Rodríguez. Con Diego Luna y Lucas Crespi.
Ficha técnica.
ESTRENO
Puntaje 4. En los diarios: Diego Lerer (Clarín): 6; Horacio Bernades (Página/12): ; Diego Curubeto (Ambito Financiero): 6; Adolfo C. Martínez (La Nación): 6.

Nicotina es un triplex de Tiempo final, aquel sobrevalorado programa de unitarios cuyo leimotiv era contar historias en “tiempo real”. Durante las tres temporadas de Tiempo final, al término de cada entrega, uno se preguntaba cuál era el problema, qué objeto tenían las desorbitadas actuaciones de los consagrados elencos, por qué las resoluciones eran tan gratuitas, en resumen, cómo se sostenían semejantes disparates. Martin Salinas, guionista de la película, tomó tres capítulos que escribió para el ciclo -Santo remedio (2000), Vecinos (2000) y Cirugía mayor (2001)- y, con alta fidelidad a su escritura, los asoció caóticamente. Esta mezcla explosiva devenida película aspira al suspenso. Sin prestar atención a las bases del suspense que exigen manejo del tiempo y de la información en el relato, Hugo Rodríguez , director argentino radicado en México, emplea densos recuadros en el plano para recalcar, en vez de anunciar, como si el espectador fuera incapaz de reconocer los evidentes indicios narrativos.
Diego Luna es Lolo, un hacker que entrega un cd equivocado por distraerse espiando a su vecina. La equivocación de Lolo desencadenará una carrera con obstáculos en busca de unos diamantes. La película se torna (más) molesta en cuanto se intensifican las directivas del realizador, Rodríguez busca a los personajes y determina qué es lo que tenemos que entender. Hasta acá no hay nada nuevo, ése es el trabajo del director, el problema aparece cuando las posibilidades de pensar la película en libertad se anulan.
Las agotadoras menciones a lo imprevisible de la muerte de “el nene”, interpretado por Lucas Crespi (otra joya proveniente de Tiempo final), combinadas con la desquiciada performance del actor acaban por quemar el combo procedente de la televisión argentina. La película respira gracias al solicitado Diego Luna, quien arremete contra la pobre propuesta del relato y se desplaza en el plano involucrando cada parte de su cuerpo, logrando despegar del forzado tono que rige a los demás actores. Aquello que refiere al fumar queda en anécdota, ya que tanta insistencia revienta la sorpresa final.
María Marta Sosa.

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