martes, noviembre 18, 2003
Deseos múltiples
A los trece (Thirteen, Estados Unidos, 2003). Dirigida por Catherine Hardwick. Con Evan Rachel Wood, Holly Hunter y Nikki Reed.
ESTRENO
Puntaje: 8. En los diarios: Diego Lerer (Clarín): 6; Diego Batlle (La Nación): 6; Horacio Bernades (Página/12): ; Diego Curubeto (Ambito Financiero): 8.
Los lugares de la discordia por los que transitan los personajes de A los trece pertenecen al paradigma de la adolescencia. Ese universo determinado por la biología, un tiempo inestable. A los trece retrata la primera etapa de adolescencia. Ahí comienzan las interrogaciones acerca de cada cosa a la que se debe adscribir. La impaciencia gobierna el ánimo, se crean necesidades insólitas, se cae en la cuenta de que uno es un sujeto social y como tal se debe conducir conforme a la moda. Es fundamental ser popular entre la comunidad juvenil, provocar fascinación. En resumen, comienza un extravagante safari hacia lo desconocido, con el objeto de incorporar cuanta excentricidad sea posible.
Catherine Hardwick escribió el guión junto a Nikki Reed (quien interpreta a Evie Zamora, el objeto de deseo de las chicas/os; Evie es el estilo, selecciona a sus amistades con absoluta deferencia, al tiempo que diferencia a las/los que no tienen el privilegio de disfrutar de su compañía), las dos mujeres lograron una escritura ambidiestra, ya que muestra la mirada femenina como madre y como hija.
Tracy (Evan Rachel Wood) sufre cuando ve a su madre enamorada de un hombre que no tiene futuro y del que no tiene los mejores recuerdos. Llora, se agrede en silencio, cortándose el antebrazo con una tijera (esos planos, construidos con una delicadeza tan extrema que potencian la violencia de la agresión y movilizan al espectador por la angustia que provocan). Melanie (Holly Hunter) quiere acompañar a su hija e hijo, recomponer el espacio del padre ausente, llevar adelante su recuperación del alcoholismo, pero cae en los manejos de su hija y de su amiga Evie (ya instalada en la casa, dispuesta a convertirse en hija adoptiva de Melanie) y comienza a perder la amistad con su hija.
A los trece describe el cambio que implica crecer; el relato se desarrolla en combustión. La ideología de la película no compensa a sus protagonistas, ellas siguen dando vueltas como un trompo... Esta frescura es la que permite que la narración respire y que abrace a las protagonistas en lugar de condenarlas.
María Marta Sosa.
Esto sigue acá. Y después sigue acá. Y también acá.
ESTRENO
Puntaje: 8. En los diarios: Diego Lerer (Clarín): 6; Diego Batlle (La Nación): 6; Horacio Bernades (Página/12): ; Diego Curubeto (Ambito Financiero): 8.
Los lugares de la discordia por los que transitan los personajes de A los trece pertenecen al paradigma de la adolescencia. Ese universo determinado por la biología, un tiempo inestable. A los trece retrata la primera etapa de adolescencia. Ahí comienzan las interrogaciones acerca de cada cosa a la que se debe adscribir. La impaciencia gobierna el ánimo, se crean necesidades insólitas, se cae en la cuenta de que uno es un sujeto social y como tal se debe conducir conforme a la moda. Es fundamental ser popular entre la comunidad juvenil, provocar fascinación. En resumen, comienza un extravagante safari hacia lo desconocido, con el objeto de incorporar cuanta excentricidad sea posible.
Catherine Hardwick escribió el guión junto a Nikki Reed (quien interpreta a Evie Zamora, el objeto de deseo de las chicas/os; Evie es el estilo, selecciona a sus amistades con absoluta deferencia, al tiempo que diferencia a las/los que no tienen el privilegio de disfrutar de su compañía), las dos mujeres lograron una escritura ambidiestra, ya que muestra la mirada femenina como madre y como hija.
Tracy (Evan Rachel Wood) sufre cuando ve a su madre enamorada de un hombre que no tiene futuro y del que no tiene los mejores recuerdos. Llora, se agrede en silencio, cortándose el antebrazo con una tijera (esos planos, construidos con una delicadeza tan extrema que potencian la violencia de la agresión y movilizan al espectador por la angustia que provocan). Melanie (Holly Hunter) quiere acompañar a su hija e hijo, recomponer el espacio del padre ausente, llevar adelante su recuperación del alcoholismo, pero cae en los manejos de su hija y de su amiga Evie (ya instalada en la casa, dispuesta a convertirse en hija adoptiva de Melanie) y comienza a perder la amistad con su hija.
A los trece describe el cambio que implica crecer; el relato se desarrolla en combustión. La ideología de la película no compensa a sus protagonistas, ellas siguen dando vueltas como un trompo... Esta frescura es la que permite que la narración respire y que abrace a las protagonistas en lugar de condenarlas.
María Marta Sosa.
Esto sigue acá. Y después sigue acá. Y también acá.