<$BlogRSDUrl$>

domingo, noviembre 02, 2003

Nunca más 

Ciudad del sol (Argentina, 2002). Dirigida por Carlos Galettini. Con Jazmín Stuart, Darío Grandinetti, Nicolás Cabré.
Ficha técnica.
ESTRENO
Puntaje: 1. En los diarios: Aníbal M. Vinelli (Clarín): 4; Adolfo C. Martínez (La Nación): 2; Paraná Sendrós (Ambito Financiero): 6.

Nota: Darle un punto a Ciudad del sol es más que generoso. Dedicarle más de una línea es más generoso todavía, así que desde acá van mis felicitaciones a todo crítico que dedicó su tiempo a este engendro.

Curioso es el hecho de que el autor de objetos propagandísticos de la dictadura como las películas de los Superagentes ahora quiera contar algo parecido a una historia sobre una hija de guerrilleros que va en busca de su pasado para entender el suicidio de su madre. Hecho curioso que igual se explica en el modo en que elige contarlo: cinematográficamente pobre y torpe, pero sobretodo ideológicamente reaccionario, simplista hasta la estupidez, y en el fondo, muy peligroso.
Hecho más curioso todavía es que Galettini estrene esta película el mismo día que Los rubios, en donde Albertina Carri lo escracha literalmente leyendo la respuesta del comité de pre-clasificación del INCAA (del que Galettini formaba parte) en donde se le aconseja a la directora sobre cómo tratar la desaparición de sus padres. Si Ciudad del sol es el ejemplo de cómo hacerlo, entonces estemos tranquilos, porque la realidad es tan simple como la tabla del uno y entonces el modo de expresarla cinematográficamente no requiere ninguna virtud. Para hablar del pasado basta con flashbacks insertables en cualquier momento (total, son flashbacks); para reconstruir el ambiente de los 70, todo se resuelve con un par de colas de caballo, camperas de cuero, pelos largos y un riff de guitarra eléctrica que dé clima de peligro. El presente también es fácil de armar: alcanza con agregar un gay (pero que se note que es gay, o sea: cursi y víctima constante), un exiliado con acento, y hacer de una discusión sobre la lucha armada algo más idiota que una reflexión del Clarín Porteño.
Ciudad del sol es un insulto a la inteligencia hasta para un retrasado mental, y su estreno en simultáneo con Los rubios le da una importancia (en tanto ejemplo de lo que no se debe hacer), que por sí sola no tiene, importancia ínfima de todas maneras. Su efecto más intenso –además del asco- es el deseo de que Galettini no filme –ni aconseje sobre cómo filmar- nunca más.
Agustín Mango.

This page is powered by Blogger. Isn't yours?

Listed on BlogShares