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miércoles, diciembre 17, 2003

Embriagado de azúcar 

Elf, el duende (Elf, Estados Unidos, 2003). Dirigida por Jon Favreau. Con Will Ferrell, James Caan, Bob Newhart, Edward Asner, Mary Steenburgen y Zooey Deschanel. Ficha técnica.
ESTRENO
Puntaje: 8. En los diarios:
Diego Batlle (La Nación): 6; Aníbal M. Vinelli (Clarín): 6; Ambito Financiero: 8.

Elf, el duende es una muy buena comedia. Y lo demuestra a través del timing narrativo, de la gracia y fisicidad de sus personajes y de la sutil inteligencia depositada en un relato simpatiquísimo. El héroe de este cuento navideño, tan inocente como para no reconocer conducta social alguna, es Buddy, un Will Ferrell alejadísimo de la corrección prescripta en films destinados a la infancia, que expone una vez más otro poco de ese espíritu estilo Saturday Night Live al cual ya nos tiene acostumbrados después de su participación en El triunfo de los nerds, Superstar y Zoolander. Con ingredientes como Santa Claus, sus renos y trineo, y toda la parafernalia asociada a la nochebuena por un lado, y los más reales humanos carentes de espíritu navideño e ilusión por el otro, la libertad descontrolada con la que se desarrolla la película es asombrosa. Lejos de ser una fabuleta más, Elf se va convirtiendo en una historia que abandona todos los lugares comunes destinados al público infantil: el padre es afectivamente inservible por simple desidia, la policía montada representa a los archivillanos de la película, los spaghettis con chocolate y jalea de maple sobreabundan y el pino navideño familiar es robado del Central Park. Ni hablar de la ironía de la escena de la movilera de TV cubriendo los sucesos de la nochebuena. Lo único malo de todo esto es que no tengamos acceso a ninguna copia en idioma original con subtítulos.
Fabiana Ferraz.

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