lunes, diciembre 15, 2003
Tierra de policías
SWAT, Unidad especial (SWAT, Estados Unidos, 2003). Dirigida por Clark Johnson. Con Colin Farrell, Samuel L. Jackson, Michelle Rodriguez, LL Cool J, Josh Charles, Jeremy Renner, Brian Van Holt, Olivier Martinez.
ESTRENO
Puntaje: 5. En los diarios:
SWAT fue una serie bastante famosa durante la década del 70. En una época donde sólo había televisión por aire, ésta fue una de las series que más veces se pasó en los canales argentinos. Con solo 34 capítulos, bastaban un par de meses para agotarla y comenzar con las repeticiones. Al verla, uno sentía que SWAT era el grupo más bueno y noble de toda la policía de Los Angeles. Con los años, quienes miraban la serie, habrán descubierto que sólo allí los policías del grupo eran buenos. En general, en los demás programas o películas eran mostrados como un grupo violento, necio e inhumano. Lo que nadie dudaba era que se trataba de un comando especial. Y eso recupera la película del experto en policiales televisivos Clark Johnson. En cuanto al grupo, la película conforma uno nuevo, más moderno, aunque manteniendo la idea integradora y abierta de la serie. A los afroamericanos (uno de ellos es ahora jefe del grupo) se le agrega una mujer latina (nada menos que Michelle Rodriguez) que es incluida en el grupo a pesar de la oposición de los superiores. Pero más allá de los aggionarmientos, SWAT, la película, tiene poco para ofrecer. No se podría decir que es una mala película, porque no lo es, pero tampoco se acerca ni de lejos a la categoría de policiales importantes. No hay escenas que permitan dejarla en la memoria de los espectadores y aunque las casi dos horas fluyen sin ningún problema, no hay motivo aparente para desear verla por segunda vez o esperar con ansias su aparición en video o DVD. Tal vez lo mejor que se pueda decir de la película pase por un gran elenco que, aunque no está aprovechado, le da sustancia e importancia a escenas que sin ellos serían aun más irrelevantes. Nada malo se puede decir de la película tampoco, así que sumadas ambas partes se puede afirmar que SWAT puede entretener un rato en el cine, pero no deja demasiado más allá de las nada aburridas dos horas de metraje.
Santiago García.
ESTRENO
Puntaje: 5. En los diarios:
SWAT fue una serie bastante famosa durante la década del 70. En una época donde sólo había televisión por aire, ésta fue una de las series que más veces se pasó en los canales argentinos. Con solo 34 capítulos, bastaban un par de meses para agotarla y comenzar con las repeticiones. Al verla, uno sentía que SWAT era el grupo más bueno y noble de toda la policía de Los Angeles. Con los años, quienes miraban la serie, habrán descubierto que sólo allí los policías del grupo eran buenos. En general, en los demás programas o películas eran mostrados como un grupo violento, necio e inhumano. Lo que nadie dudaba era que se trataba de un comando especial. Y eso recupera la película del experto en policiales televisivos Clark Johnson. En cuanto al grupo, la película conforma uno nuevo, más moderno, aunque manteniendo la idea integradora y abierta de la serie. A los afroamericanos (uno de ellos es ahora jefe del grupo) se le agrega una mujer latina (nada menos que Michelle Rodriguez) que es incluida en el grupo a pesar de la oposición de los superiores. Pero más allá de los aggionarmientos, SWAT, la película, tiene poco para ofrecer. No se podría decir que es una mala película, porque no lo es, pero tampoco se acerca ni de lejos a la categoría de policiales importantes. No hay escenas que permitan dejarla en la memoria de los espectadores y aunque las casi dos horas fluyen sin ningún problema, no hay motivo aparente para desear verla por segunda vez o esperar con ansias su aparición en video o DVD. Tal vez lo mejor que se pueda decir de la película pase por un gran elenco que, aunque no está aprovechado, le da sustancia e importancia a escenas que sin ellos serían aun más irrelevantes. Nada malo se puede decir de la película tampoco, así que sumadas ambas partes se puede afirmar que SWAT puede entretener un rato en el cine, pero no deja demasiado más allá de las nada aburridas dos horas de metraje.
Santiago García.