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miércoles, diciembre 03, 2003

Contra la exaltación de la mediocridad 

Esta es la extensa respuesta de Juan al
ataque de María Marta, que contestaba al 1 que Juan le puso a la película A los trece, que era una respuesta al 8 de María Marta.

He leido con detenimiento los cargos por los que me acusa, creo que injustamente, María Marta en su respuesta a mi nota sobre el film A los trece. MM comienza su diatriba descalificadora exaltando valores inexistentes en un programa como el de Chiche Gelblung. Dice que sus informes “nunca condenan”. Con sólo haber visto unos minutos del informe sobre Creamfields, en el que trata a sus concurrentes de drogadictos sin salida, ese argumento se hace agua completa e instantaneamente. Lo único que hice fue comparar los informes del programa con el contenido de la película, que a todas luces se asemejan bastante, asi que dudo que haya sido un error tan grave el haberlo hecho.
En el siguiente párrafo MM critica mi utilización de la palabra “abrupto”. El hecho de que los cambios en la protagonista –y con esto no me refiero a su peinado sino a dejar las barbies y hacerce amiga de Evie- sucedan de una escena a la otra hace que me resulten abruptos, asi que no veo una razón lógica por la cual no debería usar esa palabra. Encima alega que digo esto como si estuviera “compartiendo un café en la mesa de Polémica en el bar” (otra referencia a un compendio de ideas de ultraderecha, como Chiche Gelblung, como la película en cuestión; parece una constante en MM mencionar cosas de derecha). Voy a aclarar algunas cosas: 1) No me gusta el café; 2) Si me gustara no lo compartiría; 3) Si me gustara y lo compartiera jamás lo haría rodeado de gente como Sofovich y aledaños. 4) No sé qué diablos quiso decir con eso.
Con respecto al tercer párrafo, es obvio que la realidad del relato intenta corresponder a la realidad fuera del mismo. Después de todo, la película se plantea a si misma como realista (de ahí a que lo sea o no es otra historia). Luego dice que comparo los hechos de la narración con mis experiencias cotidianas. ¿Se puede saber dónde diablos hago eso? ¡En ningún momento de la nota mencioné experiencias propias! Encima dice que lo hago torpe y sentenciosamente.
En el último párrafo empiezo a entender lo que MM quiso decir antes con lo de “experiencias cotidianas”. Creo que se refiere a mi descalificación del film por su manera de retratar a latinos y negros. Eso en nada tiene que ver con experiencias propias. Es evidente que si la película dice que son los negros y los latinos quienes llevan por el mal camino a la protagonista es que algo no anda bien. A no ser que se refiera (y espero que no) a que para ella –como para las realizadoras del film- no está mal que se trate así a latinos y negros, y que por “mis experiencias cotidianas” para mí sí lo está. No lo sé, la verdad no lo sé.
Luego, para resguardarse, recurre a la cita, con la que no estoy para nada de acuerdo. MM parece que tampoco, y ahí pisa el palito, porque al comienzo de la nota tiene que aclarar sobre el pasado (y presente) nefasto de Gelblung.
Mucho se ha hablado sobre la relevancia de la ideología en la apreciación o no de una película. Cuando se escribe sobre un film de Leni Riefensthal o El nacimiento de una nación de Griffith, casi siempre se hace referencia a su peligrosa ideología, aunque la critica sea favorable. En el caso de A los trece, creo que es una película mala en todos sus aspectos cinematográficos, y eso lo aclaré en la crítica. Pero además de eso es una película peligrosa. Y creo que está en los intereses de uno el aplicarlo o no en su crítica. Yo lo apliqué. ¿He cometido algún crimen al hacerlo? Lo dudo.
Juan P. Martínez.

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