lunes, febrero 02, 2004
Contate otro (mejor no)
Infielmente casada (Serving Sara, Estados Unidos, 2002). Dirigida por Reginald Hudlin. Con Elizabeth Hurley, Bruce Campbell, Jerry Stiller, Cedric the Entertainer, Mike Judge y matthew perry. Ficha técnica.
ESTRENO
Puntaje: 2. En los diarios: Diego Lerer (Clarín): 2; Adolfo C. Martínez (La Nación): 4.
En Infielmente casada, Matthew Perry logra componer un personaje aún más insoportable que el Chandler de Friends. Elizabeth Hurley no puede ayudarlo mucho al tener que hacer de mujer injustamente cornuda (¿quién fue el que se quiso hacer el vivo?) por Bruce ‘Ash’ Campbell, al que no dejan (ni parece interesarle) evitar que la película sea un suplicio. El problema es de raíz. No es posible lograr verosimilitud si se intenta que Liz se enganche con Perry, que hace todo para que química se la lleven a marzo. Cuando llega el beso entre ellos es increíble. Literalmente. Si los protagonistas manejan niveles tan distintos, la única esperanza para rescatar algo de una película es apoyarse en los chistes. Pero Reginald Hudlin demuestra toda su ineptitud para dirigir al arruinar el único chiste bueno (bah, decente) de todo el guión. Aunque el chiste ya se gastó a toda velocidad, todavía puede lograse hacer divertido jugar con que todos están armados en Texas. Sí, es un chiste feo ideológicamente, pero tiene la posibilidad de arrancar una carcajada. La ideología no es el problema del gag. La película está plagada de chistes reduccionistas que no pasan nunca del estereotipo más cuadrado. Si bien la corrección política suele ser mala, los chistes al estilo ‘nadie habla en inglés en Miami’ o ‘los tanos son unos brutos’ son peores. Lo que no funciona y arruina el chiste de las armas tejanas es el timing. De hecho podría usarse como ejemplo de qué significa la ausencia de timing para la comedia. Por lo menos la vestimenta de algunos personajes es un poco más divertida (Chandler no causa gracia ni con esto): ver a Liz disfrazada de diosa redneck, con botas tejanas y minifalda incluídas, los colores elegidos para los trajes de Cedric the Entertainer y Bruce Campbell como ranchero pueden robar alguna sonrisa ¿Alcanza con eso? No.
Naza Chong.
ESTRENO
Puntaje: 2. En los diarios: Diego Lerer (Clarín): 2; Adolfo C. Martínez (La Nación): 4.
En Infielmente casada, Matthew Perry logra componer un personaje aún más insoportable que el Chandler de Friends. Elizabeth Hurley no puede ayudarlo mucho al tener que hacer de mujer injustamente cornuda (¿quién fue el que se quiso hacer el vivo?) por Bruce ‘Ash’ Campbell, al que no dejan (ni parece interesarle) evitar que la película sea un suplicio. El problema es de raíz. No es posible lograr verosimilitud si se intenta que Liz se enganche con Perry, que hace todo para que química se la lleven a marzo. Cuando llega el beso entre ellos es increíble. Literalmente. Si los protagonistas manejan niveles tan distintos, la única esperanza para rescatar algo de una película es apoyarse en los chistes. Pero Reginald Hudlin demuestra toda su ineptitud para dirigir al arruinar el único chiste bueno (bah, decente) de todo el guión. Aunque el chiste ya se gastó a toda velocidad, todavía puede lograse hacer divertido jugar con que todos están armados en Texas. Sí, es un chiste feo ideológicamente, pero tiene la posibilidad de arrancar una carcajada. La ideología no es el problema del gag. La película está plagada de chistes reduccionistas que no pasan nunca del estereotipo más cuadrado. Si bien la corrección política suele ser mala, los chistes al estilo ‘nadie habla en inglés en Miami’ o ‘los tanos son unos brutos’ son peores. Lo que no funciona y arruina el chiste de las armas tejanas es el timing. De hecho podría usarse como ejemplo de qué significa la ausencia de timing para la comedia. Por lo menos la vestimenta de algunos personajes es un poco más divertida (Chandler no causa gracia ni con esto): ver a Liz disfrazada de diosa redneck, con botas tejanas y minifalda incluídas, los colores elegidos para los trajes de Cedric the Entertainer y Bruce Campbell como ranchero pueden robar alguna sonrisa ¿Alcanza con eso? No.
Naza Chong.