miércoles, marzo 03, 2004
I Love It Loud
Furia en dos ruedas (Torque, Estados Unidos, 2004). Dirigida por Joseph Kahn. Con Martin Henderson y Ice Cube. Ficha técnica.
ESTRENO
Puntaje: 7
Furia en dos ruedas chorrea grasa por todos lados, tiene los peores diálogos que se escucharon en mucho tiempo y es tremendamente estúpida. Sin embargo, la película no le teme a nada y termina resultando una experiencia hermosa, a toda velocidad, con música machacona a todo volumen y un puñado de escenas memorables. Una inyección de adrenalina de nada más que 80 minutos de pura diversión. El director, Joseph Kahn, proviene del video clip, y eso se nota en todo momento. De hecho, la película se parece bastante en su estética al excelente video del ídem tema Toxic de Britney Spears, que él mismo dirigió. Furia en dos ruedas recuerda a aquellas películas de acción de mediados de los noventa, que eran pura adrenalina y poco más que eso, pero que esa limitación no les impedía que fueran muy buenas películas. Como Máxima velocidad de Jan De Bont y Caida libre de Deran Sarafian, pero en su variante motoquera. La premisa es de lo más básico. Es una historia de pandillas motoqueras, con todos los clichés habidos y por haber. Pero la película nos lleva al infinito y más allá con sus escenas acción perfectamente coreografiadas, como la persecución sobre el tren, la pelea de motos entre las dos chicas y el maravilloso final, con motos yendo a 300 kilómetros por hora en plena ciudad, una escena que emula la estética de algunos videogames y que resulta ser un cierre perfecto para una película como esta. El film hasta se permite mofarse de la película de la que a todas luces parece haber sacado su idea original, la muy inferior Rápido y furioso. En un momento, el protagonista dice la misma frase que dice Vin Diesel en el film mencionado: “Vivo mi vida un cuarto de milla por vez”, pero aquí la chica le responde: “Esa es la cosa más tonta que escuché en mi vida”. En esta película se escuchan cosas más tontas, pero vale la intención.
Juan P. Martínez.
ESTRENO
Puntaje: 7
Furia en dos ruedas chorrea grasa por todos lados, tiene los peores diálogos que se escucharon en mucho tiempo y es tremendamente estúpida. Sin embargo, la película no le teme a nada y termina resultando una experiencia hermosa, a toda velocidad, con música machacona a todo volumen y un puñado de escenas memorables. Una inyección de adrenalina de nada más que 80 minutos de pura diversión. El director, Joseph Kahn, proviene del video clip, y eso se nota en todo momento. De hecho, la película se parece bastante en su estética al excelente video del ídem tema Toxic de Britney Spears, que él mismo dirigió. Furia en dos ruedas recuerda a aquellas películas de acción de mediados de los noventa, que eran pura adrenalina y poco más que eso, pero que esa limitación no les impedía que fueran muy buenas películas. Como Máxima velocidad de Jan De Bont y Caida libre de Deran Sarafian, pero en su variante motoquera. La premisa es de lo más básico. Es una historia de pandillas motoqueras, con todos los clichés habidos y por haber. Pero la película nos lleva al infinito y más allá con sus escenas acción perfectamente coreografiadas, como la persecución sobre el tren, la pelea de motos entre las dos chicas y el maravilloso final, con motos yendo a 300 kilómetros por hora en plena ciudad, una escena que emula la estética de algunos videogames y que resulta ser un cierre perfecto para una película como esta. El film hasta se permite mofarse de la película de la que a todas luces parece haber sacado su idea original, la muy inferior Rápido y furioso. En un momento, el protagonista dice la misma frase que dice Vin Diesel en el film mencionado: “Vivo mi vida un cuarto de milla por vez”, pero aquí la chica le responde: “Esa es la cosa más tonta que escuché en mi vida”. En esta película se escuchan cosas más tontas, pero vale la intención.
Juan P. Martínez.