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miércoles, mayo 26, 2004

Esperando la nieve 

Luna de Avellaneda (Argentina, 2004). Dirigida por Juan José Campanella. Con Valeria Bertuccelli, Ricardo Darín y Mercedes Morán.
Ficha técnica. Sitio oficial.
ESTRENO
Puntaje: 2. En los diarios: Horacio Bernades (Página/12): 6; Pablo O. Scholz (Clarín): 8; Marcelo Zapata (Ambito Financiero): 8; Adolfo C. Martínez (La Nación): 8.

Debido a que Juan P. Martinez se despachó a gusto sobre varios aspectos a los que iba a referirme decidí cambiar un poco mi crítica. Pero quiero destacar que todo lo que Juan dice es cierto y que es muy acertado que remarque el chivo de Mc Donald´s: ese es el momento en el que Campanella se muerde la cola y donde deja al descubierto su hipocresía y demagogia. Dicha publicidad, que aparece disfrazada en forma de chiste, es una perfecta metáfora del procedimiento de Campanella para realizar sus películas: manipular a los espectadores a través de momentos graciosos y/o emotivos para imponer sus ideas reaccionarias sobre la sociedad argentina y el cine. Así como vende una hamburguesa haciéndose el gracioso, nos dice, a través de sus "comedias dramáticas", que Argentina debería volver al club de barrio y a ese pasado perfecto donde todo era familia, fiestas, carnavales y Alberto Castillo cantando que siga el baile. Pero ese pasado idílico está ubicado en 1959, y claro que las cosas no eran tan simples como el director nos quiere hacer creer. Heredero voluntario del peor populismo del cine argentino, Campanella reduce y niega las coyunturas políticas y sociales del pasado para facilitar su accionar manipulador. Su cine representa como pocos lo más oscuro de la clase media Argentina, siempre dispuesta a negar el presente, abortar el futuro, pedir mano dura y decir cosas tales como que con los militares estábamos mejor. Esto último no aparece en Luna de Avellaneda pero su evocación a la perfección de 1959 no está tan lejos. Pero esa clase media tiene sensibilidad (adquirida a través de Canal 13) y Campanella también, por eso se encarga de embellecer las imágenes de una villa y el Riachuelo.
Con todo esto el cine argentino más reaccionario y los críticos que lo festejan tienen en Campanella un nombre para aferrarse. Pero como quejarse sin hacer nada es inútil, desde acá, desde este humilde espacio, quiero nombrar y empezar a apoyar a otra película argentina y a su director con la esperanza de que consiga un poco de la atención que le fue regalada (o vendida) a Campanella. En un momento de Luna de Avellaneda, Valeria Bertuccelli le relata a Eduardo Blanco un cuento en el que nieva sobre Buenos Aires. Al escucharla, Blanco le dice: "Lo único que nos faltaba es que nieve". En Los guantes mágicos, la nueva y necesaria película de Martín Rejtman que está por estrenarse, efectivamente nieva sobre Buenos Aires. Sí Blanco, sí Campanella, hace falta que nieve, que nieve mucho como en el film de Rejtman para tapar tanta mediocridad.
Sebastián Nuñez.

domingo, mayo 23, 2004

El mismo horror, la misma mierda  

LA PEOR PELICULA DEL AÑO (NAZIONAL, 2004). Dirigida por Juan José Campanella. Con Valeria Bertuccelli, Ricardo Darín, Eduardo Blanco y Mercedes Morán.
ESTRENO.
PUNTAJE: 0. En los diarios:
Horacio Bernades (Página/12): 6; Pablo O. Scholz (Clarín): 8; Marcelo Zapata (Ambito Financiero): 8; Adolfo C. Martínez (La Nación): 8.

Voy a empezar diciendo que alguna vez el Campanella este fue alguien respetable. Los telefilms que hizo para HBO no estaban nada mal, Ni el tiro del final era una película fallida pero con varios puntos de interés y El mismo amor, la misma lluvia pudo haber sido una gran comedia romántica pero terminó siendo una buena comedia dramática, debido a su seriedad y trazo grueso cuando a “lo sociopolítico” se refería. El tipo sabía narrar y filmaba aceptablemente, cosas que desde El hijo de la novia y culminando ahora en su último film, parece haber perdido por completo. Lo que sí ganó fue un populacherismo reaccionario que data de los peores ’70. Tanto EHDLN como LPPDA remiten nostalgiosamente al cine que Sandrini y otros fachos hicieron en esa época. De hecho, EHDLN se parece mucho a Vivir con alegría, film de 1979 dirigido por Ramón Ortega, que protagoniza con Sandrini. Y no, Campanella, no te emociones por eso (ver acá).
Pero aquí estamos ante algo todavía peor que la horrenda EHDLN. Como en aquella, tenemos un guión matemático en el que una escena “de risa” es seguida por una “de llorar” y así por 142 minutos (contra los 123 de la anterior, lo que matemáticamente resulta en una película 19 minutos peor). Ambos films comparten una sensiblería desatada, pero LPPDA se va directamente a la mierda con este recurso barato y deshonesto en la escena que Naza mencionó en su nota de la nena de la villa mirando fijamente a Fanego –cuyo personaje es el colmo del subrayado vil- , que resulta tan o más indignante que Michael Moore dejando la fotito de la nena muerta en la casa de Charlton Heston en Bowling For Columbine, y con la que JJC nos refriega en la cara su accionar. Pero lo que más se exalta en esta película es aquello de retratar al “argentino medio”, “el barrio”, y toda esa diatriba reaccionaria y nazionalista que aquí JJC festeja más que nunca, especialmente en la escena que se sucede durante los créditos finales, donde se nos dice una vez más que “somos unos vivos bárbaros”.
Además de ser todo eso y mucho más, LPPDA es una película hipócrita, ya que en todo momento nos habla de lo malas que son las grandes empresas pero después mete un chivo ostentoso de Mc Donald’s. No estoy haciendo aquí un acto de repudio hacia los chivos en el cine –muchas películas que me gustan están plagadas de “product placement”-, ni estoy defendiendo los ideales que el film parecería proclamar, lo que digo es que su presencia va en contra de todo lo que se venía contando y revela a la película como algo aun más falso.
Dicho todo esto, tal vez lo que más moleste de LPPDA sea el hecho de que recibe el apoyo de la peor crítica nacional –que utiliza este tipo de cine argentino para descalificar al bueno-, y que el público festeja al repugnante Eduardo Blanco y las cosas feas que dicen y hacen él y los demás personajes, se enorgullecen como ellos de ser argentinos-medio-pelotudos y aprueban como ellos aquello de que “todo tiempo pasado fue mejor”, cuando no tienen en cuenta (o sí, pero aprueban igual) las implicancias que tiene esa idea. La argentinidad al palo, como dice LA PEOR BANDA DEL ROCK NAZIONAL.
Juan P. Martínez.

viernes, mayo 21, 2004

El lado oscuro del cine argentino 

Luna de Avellaneda (ARGENTINA, 2004). Dirigida por juan josé campánella. Con Valeria Bertuccelli, Ricardo Darín y Mercedes Morán.
Ficha técnica. Sitio oficial.
ESTRENO
PUNTAJE: 0. En los diarios: Horacio Bernades (Página/12): 6; Pablo O. Scholz (Clarín): 8; Marcelo Zapata (Ambito Financiero): 8; Adolfo C. Martínez (La Nación): 8.

Oops! Lo hizo de nuevo. Campanella es hoy el mayor responsable de que el maldito costumbrismo del cine argentino siga vivo. Un género que estaba confortablemente adormecido y que respira desde que lo popularizó con el hijo de la novia. Otra vez Darín como jefe de familia que tiene que reinstaurar El orden. Por lo menos esta vez no hay que soportar a norma ‘Daño Cerebral’ aleandro, aunque Eduardo Blanco está infinitamente más intolerable que en aquella película. De vuelta el cine reaccionario es festejado por la crítica. Ese cine en el que todo tiempo pasado fue mejor y punto.
La manera de operar de campanella puede ejemplificarse con una escena sobre el final de la película. Ahí Darín ve a una nena de una villa en una asamblea de socios muy al estilo de Riqueza ajena (es extraño que momentos antes resuelva una escena de la misma manera que Malkovich terminó su ópera prima, Senderos de sangre). Darín le pide a la chica que no deje de mirar fijo a Fanego, que vendría a ser el orador “DeVito”, para forzar un sentimiento que lo haga desistir de su propuesta de vender el club. Campanella hace exactamente eso que busca Darín en la nena con cada primer plano que musicaliza de la manera más barata y sensiblera posible.
Es cierto que campanella sabe cuáles son las frases ‘piolas’ que tiran los cancheritos del barrio. Se nota que campanella conoce al tipo clase media facho promedio. Lo que es nefasto es que su película sea una celebración de todos esos valores. Así como Solanas salió con su cámara aquel 20 de diciembre para registrar imágenes que incluyó en Memorias del saqueo, no es para nada descabellado pensar que campanella debe haber salido a filmar la cruzada axel en el Congreso y la gesta del petitorio de juan carlos blumberg para usar esas imágenes en su próxima película.
En una entrevista publicada en La mano, campanella dice: “el cine tiene que hacer el amor con su público, y muchos realizadores se están haciendo una paja. Y después protestan porque al público no le interesa ver cómo se pajean”. En la masturbación siempre hay uno que la pasa bien. En los polvos malos, no. Pero como le importa el público, campanella prefiere cogérselo y no le interesa cuál es el precio. Y parece que le encanta que se saquen entradas para verlo coger.
Naza Chong.

jueves, mayo 20, 2004

Esta es la gente del futuro 

JC Chasez: Schizophrenic. Producido por Basement Jaxx, JC Chasez, Riprock, Alex G, Rockwilder+, Robb Boldt y Dallas Austin. BMG.
Ficha técnica.
DISCOS.
Puntaje: 9. Metacritic: 58.

A los prejuiciosos de siempre

Ya debería ser indiscutible la gigantesca evolución que se dio en el ambiente del llamado teen-pop. Ya hablé en su momento de cuánto creció Britney Spears. Pero el caso de una banda como *NSYNC fue bastante sorprendente. Luego de haber editado un primer disco espantoso en 1998, inferior inclusive a los primeros de los Backstreet Boys, ocurrió algo inesperado y con pocos precedentes. Los chicos despidieron a su manager y comenzaron a hacer las cosas por su cuenta. Contrataron buenos productores, escribieron gran parte de las canciones y lanzaron el apropiadamente entitulado No Strings Attached (2000), y por fin tuvimos un disco de boy-band donde sus hacedores no sólo se preocuparon por ganar dinero sino también por entregar un producto competente. NSA es un buen disco pop, que si bien tenía varias canciones que entraban en el formato canción pop boybandera (aunque bien producidas), también se permitía experimentar, como en aquel maravilloso trip espacial llamado Space Cowboy, escrito por JC Chasez (cerebro del grupo junto con Justin Timberlake), que utilizó nadie menos que Clint Eastwood para su casi homónimo film del mismo año.
Al año siguiente aquella evolución se evidenció más todavía con el excelente Celebrity, disco casi enteramente escrito y producido por Justin y JC (con alguna participacion de genios como los Neptunes) que, sin perder su sensibilidad pop, lograba ser un álbum completamente personal, infeccioso y futurista, cosa que se evidencia en el extrañísimo hit Pop, escrito y producido por Justin y en The Game Is Over, de JC, con su melodía basada en aquella del Pacman.
Nunca se supo si la banda se separó o no, pero en 2002 Justin editó su gran disco solista Justified, producido por The Neptunes y Timbaland, y ahora le toca el turno a JC con Schizophrenic. El mejor tema del disco es sin duda el perfecto Shake It, producido por Basement Jaxx (JC ya había aparecido en Plug It In, tal vez el mejor tema de Kish-Kash, el último disco de BJ), una pseudo-cumbia espacial que quita el aliento. En 76 minutos y 17 canciones sin un sólo segundo de filler, JC pasa revista de todo el pop desde fines de los 70 hasta el presente (en realidad se pasa y llega hasta el futuro más lejano) y nos entrega joyas fiesteras por doquier. En One Night Stand toma el estribillo del inolvidable I Feel Love de Donna Summer/Giorgio Moroder y lo hace suyo. Lo mismo hace con la melodía de Sunglasses at Night de Corey Heart en Come To Me. Con All Day Long I Dream About Sex viaja hasta 1988 (pero desde el año 2167) y con Everything You Want imita a Sting pero convirtiéndolo en algo interesante. Y así sucesivamente en un gran disco donde hasta las baladas (terreno pantanoso para este tipo de gente) suenan muy bien. Schizophrenic vuelve a confirmar que gente JC, Justin, Britney, Outkast, los Neptunes, y los Jaxx son el futuro del pop. Un futuro auspicioso, gigantesco y fabuloso.
Juan P. Martínez.

miércoles, mayo 19, 2004

Elogio de la inconsistencia 

Esplendor Americano (American Splendor, Estados Unidos, 2003). Dirigida por Shari Springer Berman y Robert Pulcini. Con Paul Giamatti y Hope Davis.
ESTRENO
Puntaje: 9

Uno nunca debería escribir (o siquiera pensar) sobre las cosas que ama desmedidamente. Las cosas deberían durar el tiempo que lleva consumirlas y después morir para siempre, permanecer pervertidas por el recuerdo como uno quiere que sean, objetos íntimos al fin. Escribir sobre las películas que uno aprecia es al fin de cuentas buscar razones para quererlas, reducirlas a sus facciones básicas para poder explicar a otros el por qué de nuestra admiración (como si el placer fuera una cuestión de tener razón o no). En fin, todo eso que no habría que hacer lo estoy haciendo ahora y así entierro mi amor.
No me bastó una primera experiencia de American Splendor (filtrada a través de la experiencia cuasi-cinematográfica del divx) y tuve que reincidir en una sala de cine, anhelando revivir el placer inicial; craso error, ya que nunca se vuelve a ver las cosas por primera vez. Lo extraño llegó al momento de transcribir mis ideas sobre la película; a pesar de mi fanatismo inmediato, noté que no poseía ni una idea concreta sobre el por qué de mi entusiasmo, que no tenía ninguna justificación racional de mi preferencia más allá del disfrute.
Hoy, vista a una leve distancia (lujo muy poco frecuente en estos tiempos), me doy cuenta de que American Splendor no innova en lo más mínimo, que bajo su manto de (pos)modernidad se esconde una estructura narrativa lineal y convencional, que su uso del comic es más oportunista que expansivo, que su apelación a los personajes reales refuerza el hilo narrativo clásico antes que experimentar con los límites borrosos entre ficción y realidad. Y sin embargo (como dice Sabina) la quiero. Y me baso pura y exclusivamente en el hecho de que me hizo feliz, de que reí adolescentemente con cada experiencia deprimente de Harvey Pekar y con cada celebración del universo nerd por parte de Tobey, de que hay una mirada tierna y comprensiva hacia esos perdedores amables que se parecen tanto más a la vida real que los Aquiles Pitt o los Paris Bloom.
En fin, tal vez deba decir un poco impúnemente y citando con descuido a Magritte que esto no es una crítica. No es una reseña, no es una crónica, no es un ensayo. Si algo es definitivamente, mis amigos, es un obituario, no tanto para el film en cuestión (que sin dudas hizo méritos para ser tenido en cuenta) sino para quien escribe. Algo se quebró.
Guido Segal.

lunes, mayo 17, 2004

No arde ni divierte 

Troya (Troy, Estados Unidos, 2004). Dirigida por Wolfgang Petersen. Con Brad Pitt, Diane Kruger, Brendan Gleeson, Brian Cox, Eric Bana, Orlando Bloom, Peter O'Toole y Sean Bean.
Ficha técnica. Sitio oficial.
ESTRENO
Puntaje: 5. En los diarios: Horacio Bernades (Página/12), Diego Curubeto (Ámbito Financiero): 8, Adolfo C. Martínez (La Nación): 8, Aníbal M. Vinelli (Clarín): 6. Metacritic: 52. Rotten tomatoes: 59%.

Varias de las críticas publicadas el último jueves sobre la nueva película de Wolfgang Petersen la califican como un buen entretenimiento. Hay un par de cosas para decir sobre esta apreciación. Primero sobre el valor despectivo que se le da a la palabra entretenimiento. Cada vez que se usa la expresión "es un entretenimiento" o alguna otra similar se lo hace para destacar que la película en cuestión no vale la pena, carece de valor artístico o cinematográfico y que es superficial. Este tipo de proceder crítico es descartable no sólo por su carácter prejuicioso sino también porque al actuar desde el desdén y el desconocimiento suele ser errado en sus valoraciones. Y esto lleva a lo segundo: Troya no es entretenida, y si esas críticas dicen que sí lo es, lo hacen porque no saben diferenciar un relato de acción y aventura logrado de uno aburrido y fallido. También ignoran que para lograr una película entretenida hace falta un alto grado de sofisticación, ausente en esta adaptación de la Ilíada. Si bien desde el comienzo se nota la intención de ir directo al grano, a medida que van pasando las casi tres horas que dura la película la acumulación de desaciertos hace que las pulsaciones se mantengan a un ritmo normal. Las batallas, supuesto punto fuerte, son insignificantes luego de que Peter Jackson lograra lo que logró en El Señor de los anillos y el desarrollo de los personajes es mínimo, casi nulo. Por su parte, las situaciones que no son de acción están mal acopladas al resto, lo que da una sensación de rompecabezas mal armado. Lo mejor son las peleas de uno contra uno y el plano de los miles de barcos griegos cruzando el Mar Egeo, únicos momentos de adrenalina cinética. Hay en Troya también una intención de vincular aquella invasión griega con la actual guerra en Irak, pero además de ser banal y obvio, este paralelismo carece de sustento y es apenas otro de los carriles que la película recorre de manera trivial. Un buen entretenimiento necesita pasión, amor, imaginación y libertad. Troya no tiene ninguno de esos elementos y es por eso que se constituye como una película superficial y aburrida.
Sebastián Nuñez.

A galopar, a galopar, hasta enterrarnos en el mar 

Océano de fuego (Hidalgo, Estados Unidos, 2004). Dirigida por Joe Johnston. Con Viggo Mortensen, Zuleikha Robinson y Omar Sharif.
Ficha técnica.
ESTRENO.
Puntaje: 8

En los títulos finales de Hidalgo ocurre algo extraño. Dice “A Joe Johnston/John Fusco Film”. Extraño porque Fusco no es más que el guionista. Y, teniendo en cuenta sus antecedentes -Fusco también escribió la horrible Spirit (otra de caballitos), la berretona aunque simpática saga de Young Guns y la excelente Encrucijada, de Walter Hill- , el éxito de las películas que escribe parecería depender exclusivamente del director, por lo que esa placa estaría demás. Más aún teniendo en cuenta que estamos ante otra gran película de un director personal como lo es Johnston, alguien en quien siempre se puede confiar. Clasicista hasta la médula, la obra anterior de Johnston incluye joyitas subvaloradas como Jurassic Park 3, Cielo de octubre y Jumanji. Aquí Johnston se le anima al western, al cine de aventuras y al cine deportivo, todo eso al mismo tiempo y por el mismo precio, y en los tres géneros que aborda logra sorprender y emocionar. Además, Joe arriesga mucho porque cuenta una historia de americanos en tierras árabes y logra salir bien parado.
Hidalgo cuenta la historia real de Frank T. Hopkins (Viggo, excelente como siempre), cowboy de sangre india quien, con su caballo Hidalgo, viaja a medio oriente a jugar una carrera de 5000 kilómetros por el desierto hasta llegar al mar de la cual es casi imposible salir vivo, más aún ganar, a pedido de un jeque (Omar Sharif) que quiere asegurarse de que su caballo es el mejor del mundo, y no Hidalgo.
Hidalgo es un personaje en si mismo, más que los animales disneyanos y tanto como aquel inolvidable Seabiscuit de la ídem película del año pasado. Si hablamos de una gran actuación equina deberíamos hablar de 7 grandes actuaciones equinas, ya que ese fue el número de caballos que interpretaron a Hidalgo. Su personaje tiene tanta o más profundidad que Hopkins, y es el que más emoción provoca.
Filmada y narrada con un clasicismo abrumador, Hidalgo termina siendo la gran película que prometía, y hasta se permite bajar línea sobre conflictos actuales con sobriedad y sin un gramo de complacencia, en la excelente escena en la que Hopkins y Jazira (la hija del jeque) dejan en claro que vienen de dos mundos aparentemente diferentes pero igual de horribles. Los últimos tres minutos de Hidalgo cuentan lo mismo y valen mucho más que Spirit entera, lo cual hace pensar que Fusco adquirió un gran poder de síntesis en los últimos dos años, o bien que debería nuevamente darle las gracias a Johnston.
Juan P. Martínez.

sábado, mayo 15, 2004

La dolce Diane 

Bajo el sol de Toscana (Under the Tuscan Sun, Estados Unidos/Italia, 2003). Dirigida por Audrey Welles. Con Diane Lane, Lindsay Duncan, Sandra Oh, Raoul Bova y Mario Monicelli.
Ficha técnica. Sitio oficial.
ESTRENO
Puntaje: 4. En los diarios: Hugo Caligaris (La Nación): 6, Martín Pérez (Página/12), Pablo 0. Scholz (Clarín): 4, Paraná Sendrós (Ámbito Financiero): 4. Metacritic: 49. Rotten tomatoes: 62%.

Por alguna extraña razón a Diane Lane le atrajo el rol protagónico de Bajo el sol de Toscana. El brillo de la caracterización de ese personaje es inversamente proporcional al resplandor de Diane cada vez que aparece en pantalla. Es raro ver que el protagónico es el personaje de mayor chatura en todo el film. Uno de los personajes secundarios con sólo temblar en vez de responder cada vez que alguien se dirige a él parece tener mayor profundidad. En ese resplandor de Lane y en algunos de esos personajes que la rodean es donde se puede encontrar armas para combatir la desidia que producen las casi dos horas de película. Una mujer que no puede parar de citar a Fellini (fefé para ella), que usa unos sombreros de los más llamativos sin importar que sean enormes y que cuando está en pedo se mete en una fuente para imitar a Anita Ekberg en La Dolce Vita se merecía un protagónico. Pero no. Y dale con la escritora mediocre en un pozo depresivo por su reciente separación que quiere cambiar su vida y encontrar su significado y para eso se va a vivir a Europa. Podría haber sido mucho más porque a Lane se la desperdicia o muchísimo menos sin la presencia de Diane, pero también hay algún que otro chistecito para arrancar una tibia sonrisa. Ya es un lugar común agarrársela con las películas intrascendentes para reclamar por ese cine que las distribuidoras no dejan ver en pantalla grande, pero Bajo el sol de Toscana hace méritos suficientes para que termine así este texto.
Naza Chong.

jueves, mayo 13, 2004

Melodías humeantes 

Ariel Minimal: Un hombre solo no puede hacer nada. Producido por Ariel Minimal y Mauro Taranto. Aizone Artigianale.
DISCOS
Puntaje: 9

Mientras la atención se centra en un puñado de discos (Calamaro, lo ¿nuevo? de Bersuit y Mimi Maura), Ariel Minimal (ex Martes Menta, ex Cadillacs, integrante de Pez y Flopa Manza Minimal) dio forma de disco a un puñado de canciones perfectas en lo que seguramente será uno de los lanzamientos del año. El espíritu setentista siempre presente en su obra (sobre todo en Pez) sigue intacto; las referencias a Spinetta, Zappa y el rock progresivo están ahí, pero Minimal no procede de manera nostálgica ni mucho menos pretende que su música (simple pero nada perezosa, trabajada pero nunca pretenciosa) sea encasillada bajo esas influencias. Lo que hace el cantante y guitarrista (y aquí también baterista) es utilizar esos elementos como superficie para desplazarse a su gusto, con el fin de llegar a canciones bien redonditas hechas de melodías irresistibles que tardan nada en hacerse reconocibles. Esto es fácilmente comprobable al escuchar Melodías de una vieja canción crepuscular, uno de esos temas que, por más bueno que sea el resto, se hace imposible dejar de escucharlo una y otra vez convencido de que allí hay algo del mundo revelado en forma de canción. También se destaca, con su letra inocente y cariñosa, Canción para el día que se muera Elton John, donde canta: "ya partió en su piano maricón a un lugar donde no existe el dolor". Pero además de su talento para componer, Minimal es un gran guitarrista y cantante, dueño de una excelente técnica pero que queda en segundo plano ya que lo que se destaca es la capacidad de hacer sonar su voz y su guitarra como si fueran casi un mismo instrumento. Su voz cálida y todo lo que emana de su instrumento son inseparables, ese es su sello desde siempre, ya sea en Pez, en Flopa Manza Minimal o en este primer disco solista. Para el final queda decir algo de la versión de Amada amante, tema de Roberto Carlos que Minimal, gracias a un punteo a la Brian May, hace estallar la cursilería hasta lo sublime. ¿Todo esto suena exagerado? Bueno, ahí esta el disco para defenderse solo, para imponer su aroma a humo dulce, ese que deja a uno con la sensación de estar flotando.
Sebastián Nuñez.

miércoles, mayo 12, 2004

Top 5: Canciones grasas que amamos (segunda parte) 

Guido Segal:
Aclaración importante: para mí, grasa = latino. Por lo tanto,
1- Amor (Cristian Castro)
2- Samantha (Machito Ponce)
3- Piel morena (Thalía)
4- Azúcar amargo (Fey)
5- Ave María (David Bisbal)

Juan Manuel Dominguez:
1- Girls girls girls - Motley Crue /Cum on Feel the Noize - Quiet Riot
2- Sea of love - The honeydrippers
3- The best of times - Styx
4- Love on the rocks- Neil Diamond
5- Big in Japan - Alphaville /Every Rose Has Its Thorn - Poison

María Marta Sosa:
1- Sin ti (Marco Antonio Solís)
2- Valiente (Pimpinela)
3- Cada día más (Valeria Lynch)
4- Fuiste (Gilda)
5- Corazón mágico (Dyango)
Protesto. Debería haber sido un top 10.

Agustín Masaedo:
puesto nro. 1 absoluto: Raúl Porchetto & Sandro - Esta noche
puesto nro. 2 relativo: The Sacados - Más de lo que te imaginas
puesto nro. 3 (grasa consciente): Alfredo Casero - Pizza conmigo
puesto nro. 4 (grasa ultratumbera): Pibes chorros - La remisería
puesto nro. 5 (porque la grasa no sólo es vernácula): Starship - Nothing's gonna stop us now

Leandro Resonzveig:
1- Voyage Voyage (Desireles)
2- Life is life (Opus)
3- The final countdown (Europe)
4-Self control (Laura Braningam)
5- Super Trouper (A-teens)

Naza Chong:
60's The Beach boys - Heroes and Villians
70's The Kinks - Lola
80's Billy Idol - Hot in the City
90's Belle & Sebastian - Seeing Other People
00's Har Mar Superstar - Power Lunch
Suplentes: I’m a Believer (The Monkees); Born to Boogie (T. Rex); Dancing in the Dark (Bruce Springsteen); Sally Cinnamon (The Stone Roses); Black (Pearl Jam); Putita (Babasónicos)

martes, mayo 11, 2004

Sus mundos privados 

Elefante (Elephant, Estados Unidos, 2003). Dirigida por Gus Vant Sant.
ESTRENO
Puntaje: 10

Rumbo al colegio, cargado de armas, Alex le dice a su amigo Eric: "Lo más importante es que te diviertas". Ya no habrá vuelta atrás, el universo idílico de la High School americana y su opresivo funcionamiento será quebrado por dos adolescentes que encuentran en la violencia la manera de salir del lugar al que quedaron relegados. Este es el comienzo del final de Elefante, la película con la que Gus Vant Sant vuelve a su mejor forma. Tomando como punto de partida el universo de la escuela secundaria con sus estereotipos y clisés (reconocibles para cualquier espectador) GVS construye una representación del mundo real haciendo foco en la violencia escolar cuyo caso emblemático es la masacre de Columbine. Sirviéndose de extensos planos secuencia, GVS sigue a sus personajes bien de cerca para hacernos conocer el interior de esa escuela donde, sin que nadie pueda sospecharlos, irrumpirá el horror. Cada uno de los chicos que GVS sigue tiene su propio mundo, desde el chico que debe lidiar con el alcoholismo de su padre y la incomprensión del director de la escuela hasta la chica que no quiere sacarse el pantalón largo en la clase de gimnasia hay una gran cantidad de pequeños mundos ignorados que por ser adolescentes no son tomados en serio pese a la complejidad que presentan. El uso de los estereotipos, debajo de los cuales pueden fluir ternura, dolor, tristeza, insatisfacción, frustración y violencia, sirven en Elefante para dejar al descubierto el orden oculto de un sistema que privilegia en exceso la imagen (esa que es impuesta desde afuera, la que impide ver, justamente, al elefante). Parecer en lugar de ser es la consigna de ese sistema que asigna a cada individuo un lugar determinado e inamovible, dejando a la violencia como el único factor posible de desequilibrio. Ese es el sistema que GVS desnuda mediante su arriesgada e irreprochable apuesta cinematográfica a la vez que se abstiene de dar mensajes y respuestas bienpensantes. Elefante es la puesta en imágenes y sonidos del horror que puede generar ese perverso orden que es asimilado de la misma manera que se asimilan los estereotipos juveniles sin que nadie se pregunte por lo que hay debajo de ellos. Y esas imágenes y sonidos (claros, despojados, honestos) llevan la angustia y el dolor de un contenido grito adolescente.
Sebastián Nuñez.

lunes, mayo 10, 2004

Top 5: Canciones grasas que amamos (primera parte) 

Juan P. Martínez:
1- Total Eclipse of The Heart (Bonnie Tyler, con una ayudita del genio de Jim Steinman)
2- Vivir así es morir de amor (Camilo Sesto)
3- La Gloria (Erasure)
4- We All Stand Together (Paul McCartney)
5- Livin' On A Prayer (Bon Jovi) / Calling Ocupants of Interplanetary Craft (Carpenters)
Si no me dejás el puesto 5 compartido se te complica.

Agustina Larrea:
1- Super Trouper (Abba)
2- If I Can´t Have You (Bee Gees)
3- Todo Marta Sánchez
4- (Can’t help) Falling in Love With You (UB40)
5- Escándalo (Raphael)
No quiero dejar de mencionar a Van Morrison y su Tupelo Honey, a I Want To Know What Love Is, a What the World Needs Now Is Love, a Top of the World de los Carpenters y a las Spice Girls. (¿Por qué no fue top ten?)

Fabiana Ferraz:
1- We´ve Only Just Begun (The Carpenters)
2- Una Rosa Es Una Rosa (Raphael)
3- No Se Por Que Te Quiero (Ana Belén y Antonio Banderas)
4- Tarzan Boy (Baltimora)
5- Rosanna (Toto)

Nicolás Pichersky:
1- Violeta (Alcides)
2- Just Can't Get Enough (Depeche Mode)
3- Relax (Frankie Goes to Hollywood)
4- El hijo de cuca (Pocho La Pantera)
5- Drive (The Cars)

Agustín Mango:
Top Five alcoholizado de placeres musicales grasas hispanoparlantes:
1- La isla del sol (Milla)
2- Puerto Pollensa (Marilina Ross)
3- Tengo (Sandro)
4- No me arrepiento de este amor (Gilda)
5- Rubí (Babasónicos)

Sebastián Nuñez:
1- Cherry Pie (Warrant)
2- Unskinny Bop (Poison)
3- Let's Put the X in Sex (Kiss)
4- We're Not Gonna Take It (Twisted Sister)
5- La leyenda del hada y el mago (Rata Blanca)
Un lista "heavy", todo esto lo escuchaba a los 12 años. Y me gustaba. Y estos temas todavía me gustan. Además todos tienen unos videos increíblemente grasas.

sábado, mayo 08, 2004

RH positivo 

El amanecer de los muertos (Dawn of the Dead, Estados Unidos, 2004). Dirigida por Zack Snyder. Con Sarah Polley, Ving Rhames, Ty Burrell, Tom Savini, .Ken Foree y Scott H. Reiniger.
Ficha técnica.
ESTRENO
Puntaje: 9. En los diarios: Adolfo C. Martínez (La Nación): 6, Aníbal M. Vinelli (Clarín): 6. Rotten Tomatoes: 77%. Metacritic: 55.

Voy a hacer el camino inverso: confieso que no vi la de Romero (y la señalo así para evitar el polémico uso del término "original") pero que la de Zack Snyder fue una asombrosa invitación a salir corriendo a buscarla por cielo, tierra e infierno, llegado el caso. O sea que el lector -más por una falta imperdonable de quien escribe que por la siempre dudosa necesidad de contraste de un film con otro previo en el que presuntamente se basa la película a tratar- se va a ahorrar cualquier comentario del tipo "no respeta la original" o "el libro era mucho mejor". Por una falta insisto, que ya prometí reparar apenas termine de escribir estas líneas, después de arrodillarme sobre los correspondientes granos de maíz y de escuchar entero un disco de La Portuaria. Pero sobre todo porque iría muy en contra del espíritu de El amanecer... modelo 2004 que es una película feliz, lo más feliz que una película de terror puede ser. Y por sobre todas las cosas celebratoria del cine, como algo vivo, indestructible, presente. La del debutante Snyder va a contramano de un film como Scream, que leía de forma atinada al pasado del género pero no hacía más que denunciar -en el peor sentido- que sustos "eran los de antes". Muy por el contrario, la apuesta de El amanecer... es deliberadamente optimista. La relectura de la película de Craven no terminaba de decidirse: en un doble movimiento intentaba separarse de lo anterior (con la muerte de la blonda Barrymore a los cinco minutos de película) sin dejar de estar adentro, sobre todo desde lo icónico (máscaras, cuchillos, adolescentes exuberantes). Craven extirpaba al género y mostraba sus vísceras como un modo de deconstrucción interesante pero un poco cínico, autoconciente, melancólico, en algún punto porteño. La cruzada de El amanecer... es mil veces más noble. Porque es paródica y porque la relectura recae sobre la película misma (la escena en la que deciden disparar sobre Rosie O'Donell no es más que la punta de un ovillo infinito). Porque no necesita declamar si los que invaden ¿la tierra? son rabiosos, zombies o muertos. Porque el final se burla de todos. Y fundamentalmente, porque el director sabe muy bien dónde debe ir la cámara a la hora del terror, pero sobre todo sabe dónde nunca debe estar (es brillante el uso del fuera de campo de la visita de Nicole -Lindy Booth- al atrincherado vecino del shopping). El amanecer... es una tarjeta de invitación a mirar -no añorar- todo el cine. Una de esas películas dispuestas a inyectar vitalidad en formato de (omnipresente) sangre, a volar peluquines y a hacer de la tierra -que ahora dicen que es invadida por los muertos porque el infierno está superpoblado- un lugar mucho más encantador.
Agustina Larrea.

jueves, mayo 06, 2004

Perdón viejita 

Roma (Argentina, 2004). Dirigida por Adolfo Aristarain. Con Juan Diego Botto, Susú Pecoraro, Gustavo Garzón, Marcela Kloosterboer, José Sacristán.
Ficha técnica.
ESTRENO
Puntaje: 8.

Toda la historia de la música parece resumirse en ese rosotro moreno, todo el pasado se reúne en esa sonrisa blanca sobre un contorno imponente, Billie Holliday como metonimia de un tiempo pasado y mejor. Un leve desplazamiento hacia la derecha nos enfrenta a una biblioteca de subsuelo, refugio para los jóvenes intelectuales idealistas y para los cultores del jazz. Si estos jóvenes viejos profesan el amor incansable por los libros y por sí mismos, la película enuncia en dos breves secuencias su amor especial por John Ford, primero a través de la cita cinéfila con Viñas de Ira y segundo a través de este plano netamente clásico (y fordiano), donde un pequeño objeto introduce y da sentido al contexto de la acción.
A pesar de sus notas melodramáticas, Roma es, paradójicamente, una película feliz. Utilizando como excusa el presente del escritor que reconstruye su pasado, la película elabora un pasado idealizado, un mito apócrifo de la Buenos Aires de otros tiempos - al igual que Bertolucci con la Paris preMayo del 68 - donde los hombres eran nobles, la mujeres eran elegantes y siempre había lugar para una torta de crema. Es como si tomara viñetas de un diario antiguo y las animara, como si la narración fuera un buen motivo (no por esto desdeñable) para recrear al barrio y al pasado con esa concepción tanguera de aquellos espacios como refugio, como lugar de la madre, como resistencia al peronismo, como espacio idealizado de la infancia.
Roma emociona sin ser demagógica; de hecho, es una película sincera, tal vez de las más honestas que he visto en mucho tiempo. Es sincera al grado de alcanzar la cursilería más obscena, pero nunca alcanza el tono televisivo y jamas cae en el golpe bajo (tanto la muerte del padre de Joaco como la tortura militar al joven son tratadas con sobriedad, como contundentes notas al pie). Y si Gustavo Garzón y Susú Pecoraro salen de su habitual mediocridad para brindar actuaciones destacadas, no es sino por gracia de Aristarain, que evidentemente sabe domar a fieras caprichosas.
Guido Segal.

miércoles, mayo 05, 2004

Saura, con S de Subiela 

Buñuel y la mesa del rey Salomón (España, 2001). Dirigida por Carlos Saura. Con El Gran Wyoming, Peré Arquillé, Ernesto Alterio, Jean-Claude Carriére, Adrián Collado.
Ficha técnica.
ESTRENO
Puntaje: 1

En el final de su carrera, Luis Buñuel se entera de la existencia de la mesa del Rey Salomón, objeto históricamente disputado por árabes, cristianos y judíos que tiene la característica de predecir el futuro. O algo así. A partir de ese momento, Buñuel decide hacer una película sobre la búsqueda de ese preciado objeto. Los protagonistas de ese imaginario film serán el propio director aragonés, Salvador Dalí y Federico García Lorca, quienes, todavía jóvenes en el año 2002, recorrerán Toledo en busca de la dichosa mesa. Esto que estoy contando, no sin un dejo de vergüenza, es la excusa argumental de la película de Carlos Saura, de quien resulta imposible decir algo novedoso. Supuestamente se trata de un homenaje a Buñuel y sus compañeros, a ciertos aspectos de la cultura española, al surrealismo y a Toledo. Quién sabe a qué más. Entre decorados y secuencias surrealistas (bah, que intentan serlo), citas obvias para todos los gustos (particularmente vergonzosa es aquella en la que Dalí se pone un lente de contacto en un plano similar al famoso de Un perro andaluz) y los diálogos más estúpidos que se puedan imaginar transcurre este relato que se pretende de aventuras al mismo tiempo que onírico y que se parece mucho a esos mamarrachos de Eliseo Subiela. Saura tiene el atrevimiento de imaginar lo que hubiera hecho Buñuel si se hubiera enterado de la historia de la Mesa del rey Salón y pretende que creamos que el creador de tantas obras maestras hubiera hecho algo parecido a esto. Buñuel es uno de los grandes de la historia del cine y del arte del siglo xx. Saura es un irrespetuoso.

La película se proyecta en DVD en el cine Cosmos y algún otro lugar.
Sebastián Nuñez.

martes, mayo 04, 2004

MONUMENTAL 

Kill Bill Vol. 2 (Estados Unidos, 2004). Dirigida por Quentin Tarantino. Con Uma Thurman, David Carradine, Daryl Hannah, Michael Madsen, Gordon Liu, Michael Parks y Samuel L. Jackson.
Ficha técnica.
ESTRENO
Puntaje: 9. En los diarios: Luciano Monteagudo (página/12): 7; Diego Batlle (La Nación): 8; Pablo 0. Scholz(Clarín): 8. Metacritic: 80. Rotten Tomatoes: 86

Mientras trataba de darle forma a mis impresiones sobre la es-pe-ra-dí-si-ma segunda parte de Kill Bill, me topé con la crítica que Marcelo Figueras publicó en el no-esperadísimo segundo número de La Mano, intitulada “Una pavada elegante” (no queda claro si refiriéndose al film o a sí misma). En ella, el susodicho acusa a Tarantino de manierista, de caprichoso, de tener la madurez mental de un niño de 12 años, y a KB-2 de fraude narrativo, de anticlimática, de insípido licuado de citas. Lo opuesto, nos dice, a Matrix, donde “la mezcla de Oriente y Occidente (géneros, filosofías, técnicas de combate, tecnologías) era brillante y daba lugar a algo nuevo”. Ahora bien: no creo que Matrix haya creado algo sustancialmente novedoso, no al menos en cuanto a filosofías (salvo que pensemos que la New Age nació con los Wachowski) ni, con seguridad, en cuanto a géneros (acción + artes marciales + ciencia ficción, nada que no hagan de a docenas en Hong Kong, por lo menos desde hace dos décadas). Tampoco estoy convencido de que a Tarantino le importe tanto el valor de novedad: a esta altura, QT es un clásico. Como tal, cada uno de sus films es una reescritura personal de la historia; claro que, como su tema principal es el cine y no el mundo, habrá que entender a Kill Bill como una reescritura tarantinesca de la historia del cine. Una conversión de los documentos cinematográficos en monumentos –fragmentados, en movimiento perpetuo, vivos-, si nos queremos poner foucaltianos. La fragmentación de las referencias toma una dimensión casi política en KB: la primera parte se consagraba casi exclusivamente al cine de Oriente –desde el logo de los Shaw Bros. hasta el duelo con O-ren I’shii-; la segunda se dedica con igual minuciosidad al cine clásico norteamericano. Al primer intento de usar la espada samurai, La Novia es reventada de un escopetazo. Bienvenida a Hollywood. Y eso es sólo el comienzo de un paseo irreverente por los géneros, del film noir al western, del terror más primitivo, ése que nace de la pantalla negra y el sonido agitado de una respiración, al melodrama más disparatado, el del final, que parece un poco estirado a la sombra de las otras, magistrales, cuatro horas de este monumento llamado Kill Bill.
Agustín Masaedo.

lunes, mayo 03, 2004

Top 10 Bafici (segunda parte) 

Agustín Mango:
1-
Shara (Naomi Kawase)
2- Ribatz, Ribatz! Ou Le Grain du Temps (Marie-Hélène Rebois)
3- Le monde vivant (Eugene Green)
4- Los muertos (Lisandro Alonso)
5- Elephant (Gus Van Sant)
6- The Saddest Music in the World (Guy Maddin)
7- Les Tripplettes de Belleville (Sylvain Chomet)
8- Antes que o tiempo mude (Luis Fonseca)
9- Story of the Weeping Camel (Byambasuren Davaa y Luigi Falorni)
10- Los Angeles Plays Itself (Thom Andersen)
La Peor: Go Further (Ron Mann)

Juan P. Martínez:
1- Shara (Naomi Kawase)
2- The Saddest Music in the World (Guy Maddin)
3- El amor (primera parte) (Schnitman, Fadel, Máuregui, Mitre)
4- Los guantes mágicos (Martín Rejtman)
5- Greendale (Neil Young)
6- Intimate Confessions of a Chinese Courtesan (Yuen Chor)
7- Bright Future (Kiyoshi Kurosawa)
8- Los Angeles Plays Itself (Thom Andersen)
9- 15 (Fifteen) (Royston Tan)
10- Lucky Jack: Three Attempts To Stop Smoking (Peter Liechti)
Bottom Three: Zero Day (Ben Coccio) / La quimera de los héroes (Daniel Rosenfeld) / Sola como en silencio (Mario Levin).
Dececsiones: Primavera, verano, otoño, invierno... y primavera (Kim Ki-duk) / Goodbye Dragon Inn (Tsai Ming-liang).

Fabiana Ferraz:
1- Shara (Naomi Kawase)
2- Los guantes mágicos (Martín Rejtman)
3- Le Monde vivant (Eugène Green)
4- Elephant (Gus Van Sant)
5- Crimson gold (Jafar Panahi)
6- Palomita blanca (Raúl Ruiz)
7- Trois Vies et une seule mort (Raúl Ruiz)
8- La pelota vasca. La piel contra la piedra (Julio Medem)
9- The Saddest Music in the World (Guy Maddin)
10- Lucky Jack: Three Attempts to Stop Smoking (Peter Liechti)

Naza Chong:
1- The Saddest Music in the World (Guy Maddin)
2- Tres largos y un corto (Martín Rejtman)
3- Lucky Jack: Three Attempts to Stop Smoking (Peter Liechti)
4- Shara (Naomi Kawase)
5- Los Angeles Plays Itself (Thom Andersen)
6- Los muertos (Lisandro Alonso)
7- Greendale (Neil Young)
8- Palomita Blanca (Raúl Ruiz)
9- Sleepwalk (Sara Driver)
10- Zefiro Torna or Scenes From the Life of George Maciunas (Jonas Mekas)
10½- Buscando a Reynols (Néstor Frenkel)

Guido Segal:
1- The Saddest Music in the World (Guy Maddin)
2- Los Angeles Plays Itself (Thom Andersen)
3- Goodbye Dragon Inn (Tsai Ming-liang).
4- The Fog of War (Errol Morris)
5- Shara (Naomi Kawase)
6- Trois vies & une seule mort (Raoul Ruiz)
7- Zatoichi (Takeshi Kitano)
8- Les Tripplettes de Belleville (Sylvain Chomet)
9- The Weather Underground (Sam Green y Bill Siegel)
10- Ramblers (Nobuhiro Yamashita)
La peor: Hamlet_X (Herbert Fritsch)
Decepciones: Piano Blues (Clint Eastwood), Save the green planet! (Jeong Jun-hwan), PTU (Johnny To), todo Sara Driver.
La verdad universal: John Ford y Raoul Ruiz nunca se equivocan.

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